VERANO DE 2025 III ( Ribeira Sacra )
6 y 7 de Agosto
Hace ya algunos años recorrí con mi moto gran parte de
este territorio denominado Ribeira Sacra que es una zona de Galicia que se
encuentra a orillas de los ríos Miño y Sil entre el sur de Lugo y el norte de
Orense.
El
origen de su nombre no está claro. Hay quien piensa que deriva de un documento
en latín que hace referencia a la Rovoyra Sacrata que más tarde se identificó
como la zona llamada Rivoira Sacra y traducida como Ribeira Sacra.
Historiadores
posteriores concluyeron que el término Rivoira hacía referencia más a la
palabra Roble que a la de Ribera y publicaciones posteriores abundan en ello
indicando que el término es indicativo de “Robledal”.
Sea
como fuere el lugar ha llamado siempre la atención por sus paisajes
impresionantes, sus cultivos de viñedos “en terraza” ( es la cuna del famoso
blanco ribeiro ) y su gran cantidad de monasterios románicos, algunos de los
cuales visité. Lo cierto es que el lugar se me quedó grabado por todo lo
anterior y por ello decidí que, al regreso de Cantabria, debía pasar unos días
de relax en un complejo denominado IBERIK Aguas Santas Balneario & golf.
No
sé ( ni tengo interés en aprender ) jugar al golf, a pesar de tener un campo
bien cerca. De manera que mi objetivo era simplemente pasar unos días de
descanso y visitar algún lugar de interés cercano. Por ello aproveché una buena
oferta que encontré y reservé habitación para tres noches.
Desde
el lugar de Cantabria donde me encontraba hasta allí había más de 400 kms. Así
que con tranquilidad y parando a comer en el camino llegué a primera hora de la
tarde.
La
verdad es que el sitio era encantador, en un precioso valle, con un pequeño
lago al lado y sin ninguna población cercana, lo que garantizaba tranquilidad y
silencio.
Las
instalaciones también eran magníficas y bien conservadas a pesar de que se
inauguró hace 20 años. Habitaciones amplias y modernas con todas las
comodidades y toda clase de servicios además del golf: spa, piscina exterior,
jardines, cafetería muy buena y restaurante tipo buffet. Todo lo necesario para
desconectar y olvidarte del estrés diario de la vida en la ciudad.
Después
de tomar la habitación y dejar las cosas bajé al jardín y me pasé el resto de
la tarde leyendo uno de los libros que siempre llevo en mis viajes. Cena
estupenda en la cafetería y a dormir a pierna suelta hasta el día siguiente.
Después
del desayuno había pensado utilizar el spa. No es que me ilusionen demasiado
los chorritos de agua e ir dando saltitos de las zonas de agua caliente a la
fría pero … ya que estábamos. Tal y como había supuesto la experiencia no me impresionó
especialmente y decidí que al día siguiente utilizaría la piscina exterior.
Tras
comer y descansar me fui a visitar un monasterio cercano para no perder la
costumbre.
El
lugar estaba situado a escasos kms. en un pueblo llamado Ferreira de Pantón y, al llegar, me dio la
impresión de que ya lo había visitado en mi viaje anterior por estas tierras.
Aún así decidí volver a verlo.
Se
trataba del Monasterio de San Salvador,
único lugar en toda la Ribeira Sacra que mantiene vida monacal femenina habitado
por monjas bernardas.
Fue
fundado en el S. X como monasterio mixto hasta que en el S. XII son suprimidos
este tipo de monasterios quedando únicamente como femenino y en el año 1175 se
anexiona al Císter y comienza una etapa de renovación que lo lleva a convertirse
en un centro de referencia espiritual de toda la Ribeira Sacra.
La
visita comienza de forma gratuita por la
iglesia románica del S. XII situada en el patio fuera de las dependencias
monacales.
El
ábside se halla dividido en cinco paños por columnas que llegan hasta el alero.
Al ser construida antes de la anexión al Císter conserva una interesante
iconografía en los canecillos de este ábside semicircular, siendo especialmente
interesantes las figuras dedicadas al arte de la juglaría o trovadores (
antecedentes de las Tunas actuales ), aunque en este caso el pobre juglar
perdió la cabeza porque en aquellos tiempos se consideraba indecoroso e inmoral
actuar a cambio de dinero ( costumbre afortunadamente desaparecida para gozo de
los tunos actuales ).
En el interior de la iglesia observamos el
refuerzo de la bóveda de cascarón con dos nervios que, además, sirven como
elemento decorativo.
La fachada del monasterio es barroca del S.
XVIII, sencilla tal y como mandan las normas del Císter.
Entré en el mismo y, tras tocar un timbre, una amable monjita me recibió. Me cobró 1 euro por la entrada que pagué con gusto y me explicó lo que podía ver, que se resumía en una imagen románica del S. XII o principios del XIII que representa a una Virgen con el Niño y el claustro renacentista del S. XVI con dos cuerpos, el inferior en piedra y el superior en madera. El resto de las dependencias son de clausura.
A la salida la
amable monjita consiguió venderme una caja de almendrados de los diferentes
productos que fabrican.
Tras ello regresé al
Balneario.
8 de Agosto
Después de la
experiencia en el spa tenía pensado pasar la mañana en la piscina exterior.
Después de un rato en una tumbona a la sombra pensé en darme un chapuzón y aquí
viene el segundo “pinchazo” del viaje. Al bajar por las escaleras iba notando
que el agua no es que estuviera poco fría ¡ es que estaba caliente !. Resulta
que la piscina se nutría del agua del spa y la que le llegaba era de la zona
caliente. Después de 2’ esperando y al ver que aquello no mejoraba, salí y me
duché, ésta vez sí con agua fresquita. Como no era cuestión de pasarse la
mañana bajo la ducha de la piscina, me vestí y me fui a dar una vuelta por
algún pueblecito cercano y ver si encontraba una cosa que había leído que
estaba por la zona. Los pueblecitos no tenían nada de particular y, tras comer,
pregunté cómo llegar a lo que había despertado mi interés. Tras varias
explicaciones confusas me subí al coche y fui mirando por todos lados. De
pronto lo ví. Encaramada en una montaña y prácticamente oculta por una frondosa
arboleda se encontraba la iglesia de Santo Estevo
de Ribas de Miño. Busqué una desviación por una estrechísima carreterita
que me llevó hasta ella. No había nadie pero el acceso estaba abierto y así
pude admirarla en completa soledad imaginando como habían podido construir
aquel edificio de notables dimensiones en la pendiente de una montaña.
Para salvar el
fuerte desnivel fue necesario rebajar la ladera y construir una estructura a modo
de cripta para sostener los pies del templo ( solución empleada en el Pórtico
de la Gloria de Santiago ).
Al parecer data del
primer cuarto del S. XIII. El edificio es de nave única con ábside semicircular
y presenta una portada con una riqueza escultórica muy notable, sobre todo en
los capiteles y la primera arquivolta. Está considerada como una de las más
espectaculares del románico en Galicia. Por encima hay un rosetón de grandes
dimensiones, que no pude fotografiar por el riesgo de despeñarme ladera abajo.
Dicha portada está
flanqueada por dos arcos ciego y posee cuatro arquivoltas de medio punto con
distinta decoración. La interior tiene 6 personajes que representan a otros
tantos músicos con diferentes instrumentos y otro central con un motivo circular
que se ha relacionado con el sol y la luna. El resto de arquivoltas se decoran
con motivos sogueados y geométricos tipo dientes de lobo y un guardapolvos con
puntas de diamante.
El tímpano liso está
soportado por dos mochetas que representan a un demonio y un ángel.
Los muros laterales se articulan mediante cuatro arcos de descarga que cobijan sendos ventanales con arquivolta, chambrana y columnitas. Bajo una de las arcadas hay otra portada muy sencilla con una sola arquivolta y tímpano sin esculpir.
El ábside
semicircular está precedido por un anteábside rectangular y muestra cuatro
columnas y tres ventanales. Tuvieron que colocarle dos arbotantes para evitar
su desplazamiento.
Rodeando al edificio
hay un cementerio con numerosas tumbas ( que hay que tener narices para subir
hasta aquí para realizar un entierro ).
Terminada la visita
y aún sorprendido por lo visto regresé al Balneario para terminar la tarde
leyendo tranquilamente y preparar las cosas. Al día siguiente comenzaba mi
regreso a casa y, como tenía tiempo de sobra, realizando dos paradas
intermedias que paso a contaros.
9 de Agosto
La primera etapa de
este regreso tenía como meta llegar a Ciudad Rodrigo, lugar que no conocía y
por el que sentía interés. Eran 413 kms. y me encomendé al G. Maps para que me
guiase. Craso error y tercer “pinchazo”
del viaje. No se le ocurrió otra cosa a mi copiloto que, en vez de
llevarme por carreteras nacionales meterme en territorio portugués y la cosa no
hubiera tenido más importancia si no fuera porque la entrada la realicé por una
de las autopistas IP de las existentes en el país vecino. Sí, una de esas que
te obligan a parar al poco de entrar para realizar una foto de tu matrícula,
asociarla a una tarjeta de crédito e irte cobrando por cada tramo recorrido en
los que sitúan cámaras.
De esta manera me
llevó el desgraciado hasta que me sacó a territorio español a 25 kms. de Ciudad
Rodrigo.
Ciudad Rodrigo es una populosa ciudad salmantina
de unos 12000 habitantes y que fue habitada desde la Edad del Bronce, pasando
luego por allí los vetones y romanos sin tener constancia cierta de que fuera
habitada por visigodos o árabes.
Quedó integrada en
los reinos cristianos bajo Alfonso VI de León y se rodeó de una muralla en 1161
debido a su proximidad con Portugal y las batallas que esto originó. Incluso,
en un momento dado, sus habitantes tuvieron que decantarse entre Isabel o Juana
la Beltraneja y Alfonso V de Portugal, haciéndolo finalmente por Isabel y
pasando a ser definitivamente ciudad española.
Durante la Guerra de
Independencia fue tomada por los franceses y luego por ingleses quedando
muestras de los intensos asedios en forma de agujeros de cañonazos en una de
las fachadas de la Catedral, que no se han reparado como recuerdo de aquellos
hechos.
En 1833 quedó
integrada en la provincia de Salamanca dentro de la Región Leonesa.
Mi hotel estaba
situado estratégicamente, justo al lado de la Catedral y muy cerca de la Plaza
Mayor. Así que, tras tomar la habitación, comer en un estupendo restaurante
cercano donde probé el famoso farinato ( embutido típico de aquí que se elabora
con manteca de cerdo ibérico, pan, pimentón, especias y aguardiente ) y
descansar un poquito me fui a visitar la cercanísima Catedral.
Su construcción se
inició en un románico tardío probablemente en el último tercio del S. XII, por
lo que su planta responde a los cánones de esta época: tres naves, un amplio
transepto y una cabecera con tres ábsides escalonados semicirculares, de los
cuales solo quedan los absidiolos laterales. Como el periodo de construcción
duró unos 100 años se remató ya en pleno gótico.
La portada
meridional conocida como Puerta de las Cadenas está cobijada bajo un arco
rebajado. Tiene arquivoltas de medio punto y tres columnas con capiteles
decorados con hojas de acanto unos y arpías otros.
Entre el
guardapolvos y el arco se empotraron cinco grandes figuras: Cristo y cuatro de
los Apóstoles ( S. Pedro, S. Pablo, S. Santiago y S. Juan ).
Por encima del arco
de descarga hay un friso prácticamente gótico con una docena de arcos que
cobijan a diferentes personajes que no han sido identificados con criterio
uniforme ( Abraham, Isaías, Moisés, Salomón, et. ).
La puerta
septentrional se conoce con Puerta de Amayuelas y tiene tres arquivoltas
semicirculares y otra inferior polilobulada. Se apoyan en cuatro columnas con
capiteles esculpidos con diferentes clases de bestias.
Por último la Puerta
del Perdón o de la Gloria es ya una obra plenamente gótica y no es visible
desde el exterior ya que en el S. XVIII se construyó una fachada con una torre
clasicista. En los muros laterales de la misma se pueden apreciar las huellas
de los bombardeos mencionados anteriormente.
Al atravesar esta
fachada encontramos la Puerta del Perdón propiamente dicha, con un parteluz donde hay una estatua de María con
el niño Jesús y el dintel ofrece episodios de la vida de Cristo.
En el interior las
naves se separan mediante cinco pares de pilares cruciformes con tres
semicolumnas adosadas.
También merece la
pena una visita a su bonito coro.
Por último el
claustro presenta cuatro pandas con galerías plenamente góticas aunque de
fechas distintas.
Terminada mi visita
y al salir al exterior hice una foto de parte de la muralla que rodea al
pueblo.
Desde allí me
desplacé hasta la Plaza Mayor donde se encuentra el Ayuntamiento y algunas
casas señoriales como la de la antigua Audiencia y la del Primer Marqués de
Cerralbo pero el calor era sofocante y, junto a un alto grado de humedad, hacía
inviable sentarse a tomar algo en alguna de las cafeterías que la circundan.
De esta manera me
entretuve mirando algunas tiendas, comprando embutidos y descubriendo algún
edificio curioso como un antiguo palacio hoy sede de Correos y que presenta en
la fachada un escudo completamente torcido, no porque el tiempo lo haya puesto
así sino porque en esa época se puso de moda realizarlos de esa manera.
Ya anochecido, picoteé algo en un bar y me
retiré al hotel.
10 de Agosto
La siguiente parada
prevista antes de llegar a Murcia era un sitio que conozco bastante bien de mis
viajes pero que siempre apetece volver. Se trataba de Avila,
a escasos 200 kms. de Ciudad Rodrigo por lo que llegué temprano y me dio tiempo
para volver a recorrer algunos lugares ya visitados.
No voy a exponer
aquí ninguna reseña sobre la historia de la ciudad. Haría de manera innecesaria
la entrada muy larga y se puede consultar en innumerables fuentes.
Solo comentaré que
por la tarde me di un paseo por los alrededores de la Catedral
sin llegar a entrar en ella y mencionar que es de estilo gótico y se realizó
en la llamada piedra “arenisca sangrante” por su impactante color rojo férrico
sobre fondo blanco. Su autor inicial parece que fue un maestro francés llamado
Fruchel. Su apariencia presenta un aspecto fortificado.
De hecho el ábside
está incluido en la muralla formando un elemento más de la misma.
También me desplacé
hasta la cercana Basílica de S. Vicente,
construcción que siempre me ha impresionado y que es la gran referencia del
románico abulense. Estaba cerrada y, además,
su parte más espectacular que es la portada estaba tapada por
restauración.
Por último fui hasta
la iglesia de S. Pedro en plena Plaza del
Mercado. Templo iniciado en el S. XII pero terminado en el XIII con claras
influencias góticas. Presenta tres naves con sus correspondientes ábsides en el
exterior.
La portada principal
que da a la plaza tiene dos cuerpos, el superior con un gran rosetón y el
inferior con seis arquivoltas sin decoración.
La otra portada en
el norte es más elaborada, con cinco arquivoltas de las cuales dos están
ornamentadas con las típicas rosetas de Avila.
Terminado mi repaso a la ciudad cené y me fui al hotel para, al día
siguiente, completar mi regreso hasta Murcia donde llegué a mediodía cuando el
panel de la farmacia cercana a donde vivo marcaba 41º.
Espero no haberos
aburrido en demasía. Os he contado las cosas, como siempre hago, tal y como me han sucedido y si os
habéis entretenido leyéndolas y os han servido como ideas para vuestros futuros
viajes me compensa el esfuerzo.
“No importa el viaje, al final, siempre
los recuerdos pesan más que las maletas”.