QUÉ ES EL ROMÁNICO-MUDÉJAR ?
INDICE DEL BLOG
2016
Agosto CASTILLOS DE CUENCA
Agosto LOS PUEBLOS NEGROS DE GUADALAJARA
Agosto RUTA DEL QUIJOTE
Agosto ALPUJJARAS ALMERIENSES
Septiembre RUTA DE LA PLATA I
Septiembre RUTA DE LA PLATA II
Septiembre RUTA DE LA PLATA III
Septiembre RUTAS DE 1 DÍA
Septiembre POR LOS CASTILLOS DE TOLEDO
Octubre RUTA MUDÉJAR
Diciembre RUTA POR LA ALPUJARRA GRANADINA EN UNA 200
Diciembre MONASTERIOS DESCONOCIDOS DE VALENCIA
2017
Abril PUEBLOS BLANCOS
Agosto HACIA EL VALLE DEL BAZTÁN
Septiembre DOS POR LA SIERRA DEL ESPADÁN
Noviembre RECORRIENDO LA SUBBÉTICA CORDOBESA
2018
Abril PA CAI
Mayo POR LA ALCARRIA CON CELA
Agosto EN AGOSTO: PIRINEOS
Septiembre LA DESCONOCIDA RIBEIRA SACRA
Octubre EL ALENTEJO: PORTUGAL EN ESTADO PURO
2019
Mayo CAMINO SORIA …
Septiembre NAVARRA: ERMITAS Y MONASTERIOS DESCONOCIDOS
Octubre ESCAPADA AL ROMÁNICO DE CUENCA
2020
Julio CON EL DUERO POR COMPAÑÍA
Septiembre RUTA ALGO SURREALISTA POR LA PROVINCIA DE CUENCA
2021
Mayo ¿ DÓNDE ESTÁ MATARRAÑA ?
Junio LA COMARCA DE LIÉBANA
Agosto RÍAS BAIXAS
Agosto RECORRIENDO ÁVILA
Septiembre FIN DE SEMANA POR LA SIERRA DE LAS NIEVES
Septiembre DE NUEVO POR LA ALPUJARRA
Octubre SIERRA MORENA: ALGO MAS QUE BANDOLEROS
2022
Abril ENCANTOS DE GUADALAJARA
Junio ROMÁNICO EN SEGOVIA
Junio BURGOS Y SUS MONASTERIOS
Octubre INCIDENCIAS POR LA SIERRA DE FRANCIA
2023
Abril COSTA VICENTINA
Abril HUELVA
Mayo HUESCA ROMÁNICA
Mayo ANDORRA: ESE EXTRAÑO PAÍS
Agosto VERANO 2023 (Primera parte)
Agosto VERANO 2023 (Segunda parte): PUEBLOS DE FRANCIA
Agosto VERANO 2023 (Tercera parte): EL PIRINEO
Agosto LA RIOJA: VINO Y CULTURA
Septiembre PALENCIA: VACIADA Y ROMÁNICA
Octubre “ PUENTE “ EN VALLADOLID
Diciembre MI TIERRA
2024
Febrero EN RODAJE
Abril ¡¡ Y POR FIN !!: LA TOSCANA
Mayo ¿ HAY ROMÁNICO EN GUADALAJARA ?
Mayo JOYAS DE GRANADA
Agosto VERANO 2024: PORTUGAL
Agosto VERANO 2024 II: NAVARRA
Septiembre ESCAPADA AL BIERZO
Noviembre LAS ERMITAS
Noviembre EL CASTAÑAR DEL TIEMBLO
Diciembre LA BUREBA
Diciembre CASTILLOS DE ALICANTE
2025
Enero ¡¡ FELIZ 2025 !!
Abril ROMÁNICO RURAL DE SORIA
Junio RECORRIENDO LA PROVINCIA DE CÁCERES
Junio RUTA 66 DE PORTUGAL
Agosto VERANO 2025 I ( ASTURIAS )
Septiembre LAS HOCES DEL DURATON
Octubre EL ROMANICO ALAVES
Noviembre QUE ES EL ROMANICO MUDEJAR ?
Aunque no quede bien publicar esto, creo que ya me he recorrido y
visitado la mayor parte del patrimonio románico de España. Catedrales, iglesias y pequeñas ermitas aisladas han satisfecho mi curiosidad por este arte. Me quedan algunas cosas
dispersas pero el grueso del mismo creo que ya lo conozco y publicado en
diferentes entradas.
Por ello mi atención se ha desviado hacia otras manifestaciones
culturales que, de una u otra manera, están emparentadas con el románico. Y una
de ellas es el llamado Románico-Mudéjar o también Románico de ladrillo del que se hace
necesario explicar su contexto y, antes de nada, definir algunos conceptos
básicos sobre estas denominaciones ya que, a mí el primero, se me hacía difícil
diferenciar términos como mozárabe, mudéjar o morisco.
MOZÁRABE: Los mozárabes eran los cristianos que vivían en la Península Ibérica
bajo el dominio musulmán. Mantuvieron su religión, sus costumbres y en
muchos casos sus tierras, a cambio de pagar un impuesto especial a las
autoridades islámicas. Con el tiempo, se produjo un proceso de arabización
en sus vidas diarias, aunque la mayoría conservó su fe cristiana.
·
Origen y definición:
El término proviene del
árabe musta'rib, que significa "arabizado". El nombre fue dado por los
cristianos de los reinos del norte para referirse a esta comunidad que vivía en
el territorio de al-Ándalus.
·
Religión y comunidad:
Eran cristianos que vivían con
cierta autonomía religiosa y jurídica, aunque no podían hacer proselitismo ni
convertir a los musulmanes.
·
Sociedad y cultura:
A pesar de mantener su religión,
fueron influenciados por la cultura árabe, adoptando aspectos de su lengua,
vestimenta, costumbres y gastronomía. Esta mezcla cultural se refleja
también en el arte mozárabe, que combina elementos cristianos y de la tradición
islámica.
·
Declive:
La comunidad
mozárabe empezó a disminuir a partir del siglo XI, a medida que los reinos
cristianos del norte fueron reconquistando territorios. Muchos optaron por
emigrar a las tierras conquistadas, llevando consigo su cultura.
MUDÉJAR: Los mudéjares eran musulmanes que vivían en territorio cristiano, es decir y
simplificando. Los mozárabes eran cristianos que vivían en territorios islámicos y los mudéjares
eran árabes que vivían en territorios cristianos.
El término mudéjar proviene de una palabra árabe que significa "aquel a quien se le ha
permitido quedarse". Vivían en barrios llamados morerías o aljamas y, al principio se les
permitió seguir practicando el islam, utilizar su lengua y mantener sus costumbres. Con el
tiempo las condiciones de tolerancia y convivencia se fueron endureciendo provocando las
llamadas revueltas mudéjares
A partir del S.XIII, desde la guerra de Granada (1482-1492) el concepto de “mudéjar” se amplió
a todos los musulmanes. Tras la rebelión de las Alpujarras en 1568 fueron dispersados y
finalmente expulsados en 1609.
MORISCO: Los musulmanes
convertidos al cristianismo se llamaban moriscos. Este término se usaba
para designar a esta población, que aunque oficialmente eran cristianos,
mantenían en secreto muchos aspectos de su cultura y religión musulmana.
·
Origen del término:
La palabra "morisco" se
refería a la conexión con sus orígenes "moros", haciendo alusión a su
conversión al cristianismo.
·
Historia:
Se les denominó moriscos a partir
de las conversiones forzosas que ocurrieron en la Corona de Castilla en 1502 y
en la de Aragón en 1525.
·
Religión:
A pesar de la conversión oficial,
muchos continuaron practicando el islam en secreto, lo que llevó a un complejo
problema social conocido como la "cuestión morisca".
·
Expulsión:
La
resistencia y la dificultad de asimilación llevaron a la expulsión de los
moriscos de España en 1609.
Con estos conceptos más o menos claros podemos considerar
que este arte nació como mixtificación de las corrientes artísticas
cristianas (románicas, góticas y renacentistas) y musulmanas de la época. El origen histórico-social
del mudéjar hay que buscarlo en el avance de la reconquista leonesa, castellana
y aragonesa, que supuso la incorporación de territorios con población musulmana y que aportaron su saber en el campo de diversas artes.
Es comúnmente aceptado que la aparición del mudéjar hay que
datarla en el siglo XII en la por entonces poderosa ciudad de Sahagún. Esta
población leonesa del Camino de Santiago se convirtió en un fuerte centro
religioso y económico en los siglos XII y XIII. Es posible que algunas
cuadrillas de alarifes (albañiles) de Toledo fueran contratadas para acelerar
los diversos proyectos arquitectónicos que en ese momento se desarrollaban en
la ciudad leonesa.
Dado el ascendente románico de este arte,
se le ha denominado tradicionalmente por muchos autores como "Románico-Mudéjar"
e incluso "románico de ladrillo". El término fue acuñado por Amador
de los Ríos en 1859
De manera muy resumida se puede
indicar que las características principales de este arte son:
-
Al estar localizadas estas
construcciones en lugares desprovistos de suministros de cantería, los
materiales empleados son más pobres y sencillos como ladrillo, yeso, madera y
cerámica lo que permite, además de un coste más bajo, la edificación de
construcciones en un menor tiempo.
-
Este arte no se empleará solo en la
edificación de iglesias sino que casas y palacios también se levantaron
utilizando sus características.
-
El período que abarca este arte es mucho
más amplio que el románico en sí, ya que se fecha el inicio de las primeras
construcciones en el S.XII y se extiende hasta el S.XV.
-
Dentro de unos patrones comunes en el
mismo, hay diferencias notables según la zona geográfica. De manera que se
habla de un “foco” mudéjar castellano-leonés, un mudéjar aragonés, un “foco” toledano
y otros “focos” en Andalucía, Comunidad Valenciana e incluso Canarias.
Pues bien, con estos sencillos
mimbres me dispuse a realizar mi segunda aproximación a este arte (la primera fue los viajes realizados por la provincia de Teruel). Elegí para ello dos ciudades que se enmarcan en el
denominado mudéjar castellano-leonés para, en cinco días disponibles, ver
algunas edificaciones interesantes y bastante bien conservadas o restauradas:
se trataba de Cuéllar en la provincia de Segovia y Sahagún en la de León.
Jueves 30 y Viernes 31
En un alto porcentaje de los viajes que hago mi
salida natural es hacia Madrid. Así que hacia allí me encaminé casi con los ojos cerrados ya que me conozco cada curva, venta, gasolinera y, por supuesto, radares que hay entre Murcia y Madrid.
Llegada a las inmediaciones de la capital y allí
conectar el GPS para que me llevara hasta la A-6 que me conduciría a Cuéllar.
Como en la villa no encontré un alojamiento de mi agrado (hay poca oferta) mi hotel se encontraba a 11 kms. de allí en un pueblo denominado Chañe. Asi que, al llegar a mediodía a Cuéllar y tras comer, aproveché las escasas horas de luz que nos ha dejado el cambio horario para visitar las tres construcciones mudéjares más significativas de la ciudad.
Los orígenes de Cuéllar hay que buscarlos en los restos hallados de la
Edad del Bronce y la Edad del Hierro como piezas de cerámica, utensilios de
hierro y una necrópolis. Lo que sí parece más cierto es que Cuéllar se
corresponde con la antigua ciudad romana de Colenda derivando su nombre del
latín “collis” que significa colina, por lo que su significado sería “lugar de
colinas”. Más tarde fue arrasada por Almanzor en el período de dominación
árabe. Conquistada por las tropas cristianas tuvo una gran importancia por su
riqueza ganadera y gracias a la predilección que por ella sentía Alfonso X El
Sabio.
Dando un gran salto temporal, tras la Guerra
Civil española, el castillo de Cuéllar fue cárcel de presos políticos, luego
sanatorio antituberculoso y vuelta a cárcel, esta vez para presos comunes.
Hoy en día Cuéllar cuenta con una población de
casi 10.000 habitantes de los cuales un gran número son inmigrantes de
distintos países y basa su economía en la agricultura y la industria maderera.
Con respecto al tema que me ha traído hasta aquí,
en esta villa se pueden encontrar edificios mudéjares con características muy
parecidas a los de La Moraña abulense o las llanuras de Salamanca o Valladolid,
es decir, cabeceras con arcos ciegos de ladrillo, portadas de arquivoltas con
alfiz y torres de armoniosa geometría.
El primero de ellos que fui a buscar era la iglesia de S. Andrés construida a principios del
S.XIII y que es ejemplo perfecto de templo románico-mudéjar, con tres naves
rematadas en tres ábsides decorados con arquerías y recuadros murales de
ladrillo.
El ábside mayor presenta una planta poligonal de 11 lados que se levantan sobre un basamento de mampostería. Los dos primeros cuerpos presentan los típicos arcos de medio punto doblados mientras que los otros dos tienen formas rectangulares a modo de casetones separados entre si por frisos de ladrillos.
Sus dos portadas son, sin embargo, de piedra que
imita el modelo de cualquier iglesia románica con arquivoltas que se apoyan en
columnas. En la del lado sur hay cinco arquivoltas sobre columnas (hoy
desaparecidas). Lo que la hace especial es la existencia de canecillos al más
puro estilo románico con elementos vegetales, seres del bestiario fantástico,
un asno tañendo un arpa o un caballo.
La occidental (una de las más bellas del mudéjar
castellano) se estructura en tres calles con las laterales a base de arquillos
ciegos y la central con dos cuerpos bajo un arco de medio punto con cinco
arquivoltas de ladrillo y un ventanal flanqueado por elementos verticales de
ladrillo.
La portada de piedra presenta cinco arquivoltas
con roscas aboceladas que se apoyan en jambas y columnas con capiteles de
parejas de aves picoteando racimos.
Una constante en el viaje es que la mayoría de estos monumentos se encuentran cerrados y no hay manera de saber como se pueden visitar Una pena ya que en mis notas llevaba apuntado que en el interior destacan las naves laterales, separadas entre sí por arcos de medio punto también de ladrillo y que en ellas se pueden admirar las tallas góticas del Cristo de la Encina (extraordinaria) y las de la Virgen y San Juan.
La torre campanario se erigió finalmente en el
ángulo noroccidental lo que dejó tapada una de las calles laterales de la
fachada.
Otra iglesia de Cuéllar que merece una visita es
la de S. Esteban de finales del S.XII o
principios del S.XIII. Consta de tres naves, torre, portada meridional con
cinco arquivoltas de ladrillo de medio punto y
una cabecera con ábside central muy monumental.
Dicho ábside se considera uno de los mejores del
mudéjar español por su juego original de arquerías ciegas inferiores mientras
que las superiores tienen recuadros de diferentes formas y posiciones.
Para completar la visita me encaminé hacia la iglesia de S. Martín que, como las anteriores, se
data entre finales del S.XII y comienzos del XIII.
Este templo quedó prácticamente en ruinas hasta
que hace unos años fue restaurado y se le dio una nueva vida para la
utilización de actividades culturales, dotándole de una bóveda transparente.
Para llegar hasta él hay que tomar la carretera
hasta el castillo y, al llegar, encontrarnos con una edificación mudéjar que,
como es habitual, emplea el ladrillo sólo para las partes más nobles (cabecera
y portadas) estando el resto realizado con mampostería y sillarejo.
De los tres ábsides el central es más alto,
ancho y profundo que los laterales. Tiene dos pisos de arquerías dobladas y
otro superior de recuadros rematado por una cornisa de ladrillos volados. Los
laterales tienen una estructura similar.
Además de lo anterior el templo posee una torre
de factura posterior y tres portadas, siendo la más interesante la meridional
con seis roscas sobre impostas.
Ya que estaba allí hice algunas fotos de la
entrada al recinto y del castillo que es un monumento de distintos estilos que
abarcan desde el S.XIII al XVIII. Fue residencia habitual de los Duques de
Alburquerque y en él se alojaron personalidades como Alvaro de Luna, Beltrán de
la Cueva, Reyes de Castilla como Juan I y su esposa Leonor (que falleció allí),
María de Molina, José de Espronceda o el Duque de Welington.
Completada mi visita a lo más interesante del
mudéjar de Cuéllar y ya anocheciendo, me encaminé hacia el pueblecito donde había
reservado el hotel para descansar y cenar.
Al día siguiente continuaría mi recorrido por otros ejemplos de este arte situados en poblaciones cercanas a Cuéllar para luego desplazarme hasta Sahagún.
De los dos pueblecitos que había elegido para
completar la visión del románico-mudejar segoviano el primero de ellos se encontraba
a 38 kms. del hotel y se llamaba Samboal,
una pequeña población de unos 450 habitantes en la que se levanta la iglesia de San Baudilio del S.XII y que, al
parecer, perteneció a un monasterio benedictino. Está considerada, junto a la
de S. Andrés de Cuéllar descrita anteriormente, como el ejemplo más importante
de románico-mudéjar de la provincia de Segovia.
El edificio sufrió en 1997 un acontecimiento
inesperado. Una gran campana, colocada con anterioridad, se cayó rompiendo tres
de las cuatro troneras superiores y afectando a la estabilidad general del
edificio. Como “no hay mal que por bien no venga” ello propició una restauración integral de
todo el conjunto que finalizó en 2014 y nos dejó la estampa que hoy podemos
contemplar.
En el exterior destaca la voluminosa cabecera de
ladrillo que se apoya en un podio de piedra. Los tramos rectos del presbiterio
constan de dos pisos superpuestos de tres arcos ciegos con un falso alfiz
mientras que en el hemiciclo estos mismos arcos forman tres pisos rematados por
un friso de esquinillas.
La torre está construida en su mayor parte con ladrillo y tiene cuatro cuerpos, ciego el inferior, los dos siguientes con doble ventanal de arcos doblados de medio punto y el último con cuatro vanos sencillos de medio punto.
En la fachada occidental se conserva una portada cegada de ladrillo en arco de medio punto con cinco aequivoltas que se apoyan en una imposta de ladrillo con perfil de nacela.
El interior, como ya he comentado antes, no pude verlo por estar cerrada. El conjunto resulta muy armonioso.
Desde Samboal me trasladé otros 38 kms. hasta Montuenga en el límite con la provincia de Avila.
Por el camino paré en varias ocasiones para fotografiar los bonitos colores que nos deja el otoño.
Montuenga es otro pueblecito más pequeño aún que el anterior con tan solo 95 habitantes pero
que cuenta con la iglesia de S. Bartolomé.
El edificio tiene una particularidad y es que tiene
tres ábsides perpendiculares entre sí pero que solo se pueden apreciar desde el
interior, ya que en el exterior el conjunto se encuentra envuelto en una gran
cabecera semicilíndrica con un cuerpo de arcos doblados sobre un basamento de
mampostería.
Sobre la cúpula de la cabecera existía
anteriormente un cimborrio, hoy sustituido por un campanario no muy estético.
Una vez completado mi recorrido por el
románico-mudéjar segoviano me dispuse a realizar la segunda parte del viaje,
para lo cual debía recorrer 156 kms. hasta ir a Sahagún, ya en la provincia de
León, para llegar cerca del mediodía y buscar mi hotel. Esta parte del
recorrido era más tranquila ya que disponía para visitar la ciudad de la tarde con las horas de luz solar que nos han quedado y todo el Sábado.
Sahagún debe su nombre al lugar
donde se sepultaron los restos de dos santos (Facundo y Primitivo) hacia el año
304. Eran dos hermanos que, en la época de la dominación romana, fueron
delatados como cristianos. Martirizados y decapitados se arrojaron sus restos al
rio Cea que se convirtió en motivo de peregrinación por la aparición de
diferentes milagros.
La villa como tal nació a la sombra de un
monasterio creado bajo la advocación de Sant Fagún lo que derivaría en la
actual Sahagún. Este monasterio se consolidó en el S.XI con la llegada de la
Orden de Cluny y adquirió importancia con
las peregrinaciones a Santiago.
Hoy en día la localidad de Sahagún cuenta con
unos 2.500 habitantes con una economía basada en la agricultura y, sobre todo,
por su condición de centro de servicios de toda la comarca.
Tres eran los lugares que quería visitar, dos en
la propia villa que reservé para el sábado y otro situado a 5 kms. que era el Monasterio de San Pedro de las Dueñas mencionado
anteriormente. Comenzado en románico puro de piedra y finalizado en ladrillo lo
convierte en una de las primeras obras
mudéjares de España.
Así que, tras tomar la habitación, me
encaminé hacia el citado monasterio, aunque dudaba de poder ver el interior ya
que no tiene horario de visitas programado y hay que preguntar en el pueblo por
“la señora Maruja” (sic).
El Monasterio de San Pedro de las Dueñas parece
que fue fundado a finales del S.XI o principios del XII y que, en su origen,
era un monasterio femenino de tipo “aristocrático” que se regía por la regla de
S. Benito.
La cabecera consta de tres ábsides iniciados en
un románico canónico con sillares de piedra y columnas entregas pero … el
ábside central se remató con una arquería de ladrillo y por encima un último
piso de arcos doblados ciegos y debajo de la cornisa anacelada un friso de ladrillos
en esquinilla (es decir, mudéjar total). Los ábsides laterales son totalmente
de piedra salvo el tramo superior que se terminó con ladrillos en hiladas
horizontales y una cornisa también de ladrillos verticales. Lo fotografié como
pude ya que era imposible acceder al lugar.
La puerta norte es completamente de ladrillo,
con tres arquivoltas de medio punto (más ancha la inferior) que llegan hasta el
suelo. Por encima hay un friso de esquinillas que imitan al alero soportado por
canecillos de una portada románica.
La torre campanario tiene tres cuerpos, liso el
primero mientras que el segundo tiene dos vanos en cada cara con arcos doblados
de herradura con falso alfiz rematados por friso de esquinillas. El último
cuenta con dos ventanales bíforos con arcos semicirculares doblados en cada una
de las caras. Las columnas que separan los ventanales son románicas de piedra
con capiteles de temas vegetales.
Al preguntar por “la señora Maruja” a otra
señora de avanzada edad que limpiaba el portal de su casa me contestó “ la
señora Maruja hace un año que está bajo tierra “ (sic). Tras el pasmo, estuve
dando vueltas alrededor del edificio para buscar la manera de ver el interior.
La suerte me sonrió y, al pasar por una de las ventanas enrejada, vi una
monjita ya mayor que limpiaba los cristales. Le conté un embolado sobre el blog,
que venía de Murcia y mi interés en ver el interior y me dijo que me fuera a la
puerta norte descrita más arriba que ella me abriría. Tras darle las gracias me
llevó hasta el interior y me pasó a la iglesia. Mi sorpresa fue mayúscula ya
que me encontré con una iglesia de ¡dos naves!. En el románico las iglesias
podía tener una, tres o cinco naves pero siempre un número impar. Al comentarle
este hecho la monjita me lo explicó.
En origen la iglesia tenía tres naves y daba
servicio religioso al pueblo. Pero al llegar al monasterio las monjas
benedictinas (quedaban siete actualmente) estas dijeron que necesitaban la
iglesia para ellas ya que no podían realizar sus liturgias y rezos si había un trasiego
continuo de gente entrando y saliendo de la misma, lo que supuso un gran enfado de los
escasos habitantes del pueblo que se quedaban sin iglesia.
Deliberando entre todos llegaron a una solución
imaginativa y creo que única en toda España.
Se levantó un muro de ladrillo en estilo mudéjar
entre la nave central y la más cercana al exterior y se colocó un altar para
celebrar la eucaristía en ella, quedando ésta aislada del grueso de la iglesia
y con 4 de los 16 capiteles en su interior. Es decir, dividieron la primitiva
iglesia en dos, una nave para el pueblo y la nave central y la más interna para
las monjitas. Asunto resuelto.
Por tanto, la iglesia consta de dos naves con
tres capillas laterales y 12 capiteles que son lo más destacado de la misma. La
monjita se fue a sus quehaceres y me dejó solo indicándome que cerrara la
puerta al salir.
La nave central es abovedada con crucería estrellada.
A la monjita se le olvidó encender una luz para
que pudiera fotografiar decentemente los capiteles, pero me pareció excesivo el
comentárselo. De los 12 capiteles “interiores” la mayor parte representan cestas zoomorfas
con leones y dragones que combaten entre si o contra hombres.
El más famoso es aquel que representa a un grupo
de personajes que se han identificado como monjas.
También fotografié el muro levantado a posteriori para separar "las dos iglesias".
Salí cerrando la puerta pensando lo sencillo que sería robar algo de valor (si es que existiera en esta iglesia) como un cáliz o una talla pequeña y con esto no quiero dar ideas sino denunciar lo mal protegido que está él patrimonio artístico en este país. Me encaminé hacia Sahagún para comer en alguno de los restaurantes que rodean su recoleta Plaza Mayor.
Saciado el apetito me fui a buscar el segundo de
mis objetivos que era la iglesia de San Tirso, considerada por muchos una
de las primeras iglesias románicas españolas en la cual la piedra es
reemplazada por el ladrillo para ser transformada en una iglesia
románico-mudéjar.
Al parecer su edificación se comenzó en el S.XII en un románico tradicional, lo cual se puede observar en el ábside central donde su cuerpo inferior de diferente tonalidad está realizado con sillería y columnas.
Pero cuando se llevaban colocadas unas pocas
hiladas el planteamiento cambió y se continuó con ladrillo transformando las
columnas en pilastras de este material y decorando el muro con dos arquerías
superpuestas de medio punto.
El por qué se produjo este cambio no ha sido
aclarado hasta hoy. Quizás se debió a una falta de material pétreo de cantería
o bien una disminución de los recursos para seguir levantando el edificio en
estilo románico o quizás simplemente un cambio en la estética constructiva que
dio paso al estilo preponderante en ese momento. El caso es que los ábsides
laterales ya se levantaron enteramente en ladrillo con una decoración invertida
con respecto a la realizada en el central.
La torre que cabalga sobre el tramo presbiterial
del ábside central es majestuosa. De planta rectangular, sobre un primer cuerpo
troncopiramidal se levantan otros tres más con arquerías teniendo los dos
inferiores columnas pétreas como apoyos.
Por no se sabe que raro azar la iglesia estaba
abierta y pude ver el interior en el que me llamaron la atención los arcos
triunfales con un trazado de herradura.
Justo al lado se encuentra la Capilla de San
Mancio dentro del Monasterio de
S. Benito del que solo quedan las ruinas. La tal capilla es una nave de tres
tramos aunque el último ha desaparecido. Es del S.XII y pertenece al
románico-mudéjar.
Cayendo la noche me retiré a mi hotel.
Sábado 1 ( Día de Todos los Santos )
Este día me quedaban dos lugares por visitar en
Sahagún. El primero era la iglesia de San Lorenzo del
S.XIII y construida enteramente en el clásico románico-mudéjar.
Es muy voluminosa y con una estructura similar a
la de S. Tirso. La cabecera tiene tres ábsides con bellas arquerías de
herradura con alfiz con frisos de ladrillo en esquinilla.
La corona una enorme torre troncopiramidal de
cuatro cuerpos. El inferior con arcos ciegos, los dos siguientes con cuatro
vanos de arcos doblados y el último con cinco vanos de arcos sencillos.
En su visión lateral presenta una galería porticada añadida posteriormente enteramente de ladrillo con 6 arcos de medio punto así como un baldaquino también de ladrillo y con óculo superior que protege dicha portada.
Lo último que ver en Sahagún era el Santuario de la Virgen Peregrina, que se sitúa en el extrarradio sobre una colina y que se emplea como centro cultural y de estudios del Camino de Santiago.
Los muros exteriores de ladrillo presentan
arquerías ciegas con arcos polilobulados que delatan una influencia toledana.
Su origen se remonta a un convento franciscano
del S.XIII. Es de estilo románico-mudéjar y consta de nave única con cinco
tramos y crucero así como tres capillas laterales. Su único ábside es
semicircular por dentro y poligonal por fuera.
El interior está completamente reconstruido y adaptado a sus funciones actuales.
Me llamaron mucho la atención los murales que se encuentran en una de las capillas laterales. Son de clara influencia islámica y en algunos se puede apreciar la policromía original. Desconozco si son restauraciones o copias de los originales.
En el altar se encuentra una bonita imagen de la Virgen Peregrina.
Cumplido mi objetivo y dado que aún me quedaba
parte de la mañana y la tarde planifiqué sobre la marcha una visita a una de
las joyas del románico español que se encontraba a tiro de autovía. Realmente
era la tercera vez que iba por allí pero en las dos anteriores no pude ver el
interior, a ver si hoy tenía más suerte. Se trataba de la iglesia de S. Martín de Tours en Frómista,
Tras recorrer poco más de 50 kms.
llegué hasta ella que se levanta altiva en medio de la población.
Frómista se encuentra en plena
comarca de la Tierra de Campos y es una de las poblaciones más emblemáticas del
Camino de Santiago. En el año 1066 la Reina Doña Mayor ordenó la construcción
del Monasterio benedictino de S. Martín del cual no queda nada salvo su iglesia.
Además de ello la villa es conocida por estar atravesada por el Canal de
Castilla y posee un embarcadero desde donde se puede recorrer parte del mismo,
siendo el único tramo navegable del Camino de Santiago.
La iglesia data del S.XI pero, tras ser
declarada Monumento Nacional en 1894, se inició una remodelación de la misma
reconstruyendo partes completas.
Resulta sorprendente la perfección de sus formas, sus
volúmenes, su exacta y perfecta construcción, su belleza arquitectónica y su
riqueza ornamental.
La cabecera está formada por tres ábsides
escalonados sin presbiterio -al modo bizantino- que enlazan directamente con el
transepto. Su articulación dejará una huella imborrable en el románico hispano
posterior: columnas entregas en los muros, cortadas horizontalmente por
impostas abilletadas más ventanales de "tipo portada" en los paños
intermedios.
La recorren más de 300 canecilos (muchos de ellos están restaurados o son directamente copias ). Abundan las cabezas de perros y otros animales como bóvidos. También los hay de animales de cuerpo entero, fundamentalmente monos, así como bustos humanos y personajes en cuclillas.
La iglesia de San Martín de Frómista tiene
cuatro puertas: tres repartidas en las fachadas sur, oeste y norte más otra en
el hastial sur del transepto. La puerta norte es la que mejor se conservaba
originalmente, ya que la sur estaba tapiada y la occidental fue, posiblemente,
un invento del restaurador. Por su parte, la curiosa puerta de arco ojival del
hastial sur del transepto (siglo XII) comunicaba el templo con una sacristía
moderna y se especula que en los tiempos medievales se abriera a alguna de las
dependencias monacales hoy desaparecidas.
Mientras admiraba
todo esto llegó un señor que abrió la puerta ojival del hastial antes
mencionada, de manera que por fin iba a poder ver el interior.
Lo más destacado son
sus capiteles, aunque hay que indicar que ninguno es original. Los hay
restaurados y otros son réplicas basadas en los restos hallados.
Esquemáticamente podemos distinguir tres tipos:
-
Vegetales: los más
abundantes y con función decorativa
-
Animales: representan
símbolos, unos relacionados con el bien (pelícanos, palomas, águilas ) y otros
con el pecado (serpientes, lobos, lechuzas).
-
Historiados: muestran
escenas relacionadas con pasajes bíblicos (Adán y Eva, Adoración de los Reyes).
Dejo fotos de algunos
de ellos que puede servir de entretenimiento para su clasificación en alguno de
los tipos anteriores.
Terminada la visita
decidí trasladarme hasta la cercana Carrión
de los Condes para comer allí y, de paso,
fotografiar las dos portadas más importantes de su patrimonio histórico, la de
la iglesia de Santa María y la de la iglesia de Santiago cuyos frisos representan algo
similar: un Cristo en Majestad rodeado del Tetramorfos con sus símbolos (ángel,
león, águila y buey) y a los lados las esculturas de los 12 apóstoles. Aunque,
todo hay que decirlo, más logradas y mejor conservadas las de Santiago que las
de Santa María.
La arquivolta central contiene en
sus 24 dovelas todo un repertorio esculpido de la vida medieval (monje,
herrero, zapatero, sastre, cocinero, etc. )
Al pasar por una calle fotografié
una placa sobre la casa natal de D. Iñigo López de Mendoza, el Marqués de
Santillana, natural de aquí.
De esta
manera regresé a Sahagún dando por finalizado mi recorrido por el
románico-mudéjar castellano-leonés.
Domingo 2 y Lunes 3
Tocaba regreso y me dispuse a ello pero, al
salir de Sahagún, me percaté que mi querida amiga del G. Maps me había
preparado una sorpresa durante la noche. Cuando me quise dar cuenta me encontré
recorriendo carreteras comarcales de la Tierra de Campos, admirando extensas
llanuras de terrenos otrora fértiles y atravesando infinidad de pueblitos
semiabandonados de la España vaciada. Salía de León y me metía en Palencia,
salía de Palencia y entraba en Valladolid, salía de Valladolid y estaba en
Zamora. De manera que, salvo Salamanca, en este viaje he transitado en mayor o
menor medida por todas las provincias de Castilla y León.
Por fin, ya cerca de Toro, logré enlazar con la
A-6 y, al mirar de reojo al móvil, creí ver sobre el trayecto a seguir un
emoticono de esos con la carita sonriente. Espero ansioso el momento de
devolvérsela pero no sé como.
Para hacer noche intermedia (me estoy haciendo
mayor y ya me cuesta pegarme palizas de 800 kms.) elegí un pueblo que se
encontraba a medio camino entre Sahagún y Murcia llamado Perales de Tajuña en
la Comunidad de Madrid. Dicho pueblo tiene 3.200 habitantes y allí había
encontrado un hotelito rural bastante agradable y cómodo. Después de la
pertinente siesta di un paseo por su Plaza Mayor y calles aledañas porque no
tenía más que visitar y la noche se echó encima.
Al día siguiente de nuevo en carretera y llegada
a casa a mediodía.
Llegado el final de este viaje se hace
imprescindible realizarse una pregunta: ¿ Que arte es más bonito, el románico
clásico o el románico-mudéjar ?.
La respuesta es complicada y responderá más al
gusto personal ya que ambos tienen su propia belleza y características.
El románico es más sobrio y sólido debido al empleo de la piedra, así como también con interiores más oscuros. El románico-mudéjar es un arte de fusión con técnicas variadas que dan como resultado una arquitectura más rica.
Si la pregunta me la planteo a mí mismo
después de la experiencia adquirida en múltiples viajes respondería, desde un
punto de vista absolutamente personal.
1. El
románico-mudéjar me ha parecido una expresión artística más “predecible”, al
menos el castellano-leonés, aunque quizás en otros “focos” no ocurra así. Me
explico. Una vez que has visitado varias de sus construcciones es fácil
imaginar lo que te vas a encontrar en la siguiente mientras que en el románico,
aunque se mantenga la misma estructura básica, cada construcción resulta
diferente por el empleo de elementos decorativos que hacen que resulte difícil
encontrar dos capiteles iguales y lo mismo se puede aplicar a arquivoltas, canecillos
y otros elementos figurativos, lo cual hace que tu interés crezca por lo que
vas a descubrir.
2.
El empleo de un material más perdurable
como la piedra para realizar adornos, figuras, esculturas, etc. es imposible
encontrarlo en el románico-mudéjar ya que sus materiales básicos (ladrillo,
yeso) no permiten realizar estos adornos por ser menos maleables y su
degradación más acusada.
3.
La iconografía del románico tenía, en gran medida, una
finalidad didáctica para una mayoría de población analfabeta. A través de ella
se explicaban pasajes bíblicos, se daban orientaciones morales, se dibujaban
para su comprensión figuras del cristianismo e incluso se representaba como era
la vida y costumbres de los habitantes del lugar. Nada de eso existe en el
románico-mudéjar.
4.
La sensación de paz y tranquilidad que
yo he experimentado en pequeñas ermitas e iglesias románicas, sin reformas
posteriores, que he ido encontrado en
lugares aislados y que me han permitido sentir algo similar a lo que sus
constructores y visitantes pudieron percibir en su momento, no la he encontrado
en el románico-mudéjar.
5. En el románico se podía admirar y comparar las realizaciones de diferentes escuelas, talleres, maestros canteros, etc. que ejecutaban sus creaciones en diferentes zonas geográficas. El románico-mudéjar presenta diferencias entre los distintos “focos” pero no lo suficientes como para poder catalogarlas como escuelas propiamente dichas.
En resumen y, como habréis podido suponer, me quedo
con el románico clásico, aún reconociendo que el románico-mudéjar es muy
estético, bello y armonioso. Pero como dice el refrán: “ para gustos se
hicieron los colores “.
Está
en el horno (si el tiempo lo permite) otro viajecito antes de que acabe el mes.
Nada de románico (lo prometo) solo paisajes y pueblecitos con encanto. Si cuaja
no dudéis que os será relatado en este mismo sitio.
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