SEMANA SANTA EN ZAMORA
INDICE BLOG
2016
Agosto CASTILLOS
DE CUENCA
Agosto LOS
PUEBLOS NEGROS DE GUADALAJARA
Agosto RUTA
DEL QUIJOTE
Agosto ALPUJJARAS
ALMERIENSES
Septiembre RUTA DE LA
PLATA I
Septiembre RUTA DE LA
PLATA II
Septiembre RUTA DE LA
PLATA III
Septiembre RUTAS DE 1
DÍA
Septiembre POR LOS
CASTILLOS DE TOLEDO
Octubre RUTA
MUDÉJAR
Diciembre RUTA
POR LA ALPUJARRA GRANADINA EN UNA 200
Diciembre MONASTERIOS
DESCONOCIDOS DE VALENCIA
2017
Abril PUEBLOS
BLANCOS
Agosto HACIA
EL VALLE DEL BAZTÁN
Septiembre DOS POR LA
SIERRA DEL ESPADÁN
Noviembre RECORRIENDO
LA SUBBÉTICA CORDOBESA
2018
Abril PA
CAI
Mayo POR
LA ALCARRIA CON CELA
Agosto EN
AGOSTO: PIRINEOS
Septiembre LA
DESCONOCIDA RIBEIRA SACRA
Octubre EL ALENTEJO: PORTUGAL EN ESTADO PURO
2019
Mayo CAMINO SORIA
…
Septiembre NAVARRA: ERMITAS Y
MONASTERIOS DESCONOCIDOS
Octubre ESCAPADA AL
ROMÁNICO DE CUENCA
2020
Julio CON EL
DUERO POR COMPAÑÍA
Septiembre RUTA ALGO SURREALISTA POR
LA PROVINCIA DE CUENCA
2021
Mayo ¿ DÓNDE ESTÁ
MATARRAÑA ?
Junio LA COMARCA
DE LIÉBANA
Agosto RÍAS BAIXAS
Agosto RECORRIENDO
ÁVILA
Septiembre FIN DE SEMANA POR LA
SIERRA DE LAS NIEVES
Septiembre DE NUEVO POR LA ALPUJARRA
Octubre SIERRA MORENA:
ALGO MAS QUE BANDOLEROS
2022
Abril ENCANTOS DE
GUADALAJARA
Junio ROMÁNICO EN
SEGOVIA
Junio BURGOS Y SUS
MONASTERIOS
Octubre INCIDENCIAS POR LA SIERRA DE FRANCIA
2023
Abril COSTA
VICENTINA
Abril HUELVA
Mayo HUESCA
ROMÁNICA
Mayo ANDORRA: ESE
EXTRAÑO PAÍS
Agosto VERANO 2023
(Primera parte)
Agosto VERANO 2023
(Segunda parte): PUEBLOS DE FRANCIA
Agosto VERANO 2023
(Tercera parte): EL PIRINEO
Agosto LA RIOJA: VINO
Y CULTURA
Septiembre PALENCIA: VACIADA Y
ROMÁNICA
Octubre “ PUENTE “ EN
VALLADOLID
Diciembre MI TIERRA
2024
Febrero EN RODAJE
Abril ¡¡ Y POR
FIN !!: LA TOSCANA
Mayo ¿ HAY
ROMÁNICO EN GUADALAJARA ?
Mayo JOYAS DE
GRANADA
Agosto VERANO 2024:
PORTUGAL
Agosto VERANO 2024 II:
NAVARRA
Septiembre ESCAPADA AL BIERZO
Noviembre LAS ERMITAS
Noviembre EL CASTAÑAR DEL TIEMBLO
Diciembre LA BUREBA
Diciembre CASTILLOS DE ALICANTE
2025
Enero ¡¡ FELIZ 2025
!!
Abril ROMANICO
RURAL DE SORIA
Abril SEMANA
SANTA EN ZAMORA
Bueno, pues ya estamos en Semana Santa. Son días de fervor religioso, recuperación de tradiciones y, en muchos casos, vuelta al terruño para visitar a familiares, amigos y disfrutar de los desfiles procesionales, lo que conlleva un notable incremento de los desplazamientos y también el riesgo de accidentes.
Por ello nunca ha sido una de mis épocas preferidas para viajar. Pero, por otra parte, ya estoy un poco aburrido de ver siempre lo mismo, que si la procesión de los Salzillos, que si la del Silencio con los cánticos de corales al paso del Cristo Yacente, que si el reparto de caramelos por los nazarenos. Aquí un inciso: un pequeño trauma de mi infancia fue que, recién llegado a Murcia con 10 añitos, me llevaron mis padres a ver algunas de las procesiones. Los nazarenos repartían caramelos pero no de forma indiscriminada, sino fundamentalmente a los hijos de familiares y conocidos que veían a su paso. Por lo cual, a mí nunca me daban. Luego mi padre iba y me compraba algunas bolsas pero claro, no era lo mismo. ¡¡ Putos nazarenos sectarios !! pensaba mi ingenua mente infantil.
Por todo lo anterior este año he decidido pasar de la Semana Santa murciana y conocer otro tipo de celebraciones, más austeras, con menos jolgorio y más recogidas. Así que me organicé un viaje por la provincia de Zamora para conocer sus desfiles y, de paso, visitar alguno de los monumentos románicos tan extendidos por esta zona.
Lamentablemente las previsiones daban lluvias más o menos continuas por las zonas a visitar, así que no he tenido más remedio que realizar la ruta en coche y, como tenía días de sobra, he realizado el viaje con tranquilidad, parando a la ida en Talavera de la Reina y a la vuelta dando un rodeo por Braganza para ver su castillo y por el pueblo extremeño de Madrigal de la Vera.
De manera que el 15 de Abril me puse en marcha para chuparme los 481 kms. que me separaban de Talavera de la Reina y llegar a primeras horas de la tarde.
Talavera de la Reina es
una populosa ciudad de 85.000 habitantes en la provincia de Toledo que ya había
visitado en un viaje anterior. Sus orígenes se remontan a la época romana (
Caesabrobiga ) y más tarde a la dominación árabe ( Talabira o Talabara ) y
constituyó uno de los lugares elegidos para salvar al rio Tajo que la
atraviesa, por ello no es de extrañar que en ella se encuentren hasta cuatro
puentes: el Puente Viejo ( que desgraciadamente se ha derrumbado en varios
tramos por la crecida del Tajo con las últimas lluvias ), el Puente Reina
Sofía, el puente del Príncipe Felipe y el puente de Castilla-La Mancha. No fue
conquistada por tropas cristianas hasta 1113 y en 1328 al casarse Alfonso XI
con María de Portugal, fue uno de los regalos que le ofreció y desde entonces
adquirió su nombre definitivo de Talavera de la Reina. Fue lugar de importantes
batallas como la “ batalla de Talavera” en 1809 en la que se expulsó a los franceses de la villa, siéndole
concedido el título de ciudad en 1876 por el rey Alfonso XII.
Además de su reputada cerámica es muy importante su actividad textil, ganadera e industrial.
Las dos procesiones del Martes Santo salían ambas del
mismo templo, la Colegiata de Santa María en la Plaza del Pan, de la cual
recordaba de mi anterior viaje que se me quedó grabada la imagen de sus bancos
que están decorados con cerámica de Talavera. Lo primero que me llamó la
atención es la gran diferencia de imágenes que procesionan. En Murcia las
procesiones suelen contar desde 5 hasta 10 “pasos” y duran lo que no está
escrito, por ello se colocan filas de sillas con su coste correspondiente coste
porque si no te puede dar algo. Aquí cada procesión solo tenía un paso, de
manera que ni sillas ni puñetas, todo el mundo de pie donde se pudiera acomodar
y listo. Eso sí, sobriedad, silencio y recogimiento aunque, en cierto modo,
tienen alguna reminiscencia de los desfiles en Andalucía.
Terminadas las mismas regreso al hotel, tomar algo y a descansar.
Al día siguiente llegué tranquilamente a Zamora y, tras buscar el hotel y dejar las cosas, encontré uno de los sitios que traía apuntados para comer y regresé para la pertinente siesta.
Zamora es una vieja ciudad cuya fundación se remonta a la Edad del Bronce, siendo ocupada en la Edad del Hierro por los vacceos y posteriormente por los romanos, a los que sustituyeron los árabes de los que parece que deriva su nombre actual ( Azemur “ olivar silvestre “ ). La conquista cristiana se debe al rey de Asturias Alfonso II El Casto mientras que Alfonso III El Magno la repobló con mozárabes toledanos y la rodeó de murallas convirtiéndola en la ciudad fortaleza del reino cristiano.
El episodio histórico más famoso que aconteció en la ciudad se conoce como “ El cerco de Zamora “ que resumo. Antes de morir en el 1065 Fernando I de León repartió su reino entre sus hijos: a García el reino de Galicia, a Alfonso el reino de León, a Sancho el de Castilla, a Urraca la ciudad de Zamora y a Elvira la de Toro. A Sancho no le pareció bien el reparto y mediante engaños y guerras consiguió expulsar a García y Alfonso pero los nobles se encerraron con Urraca en Zamora y se rebelaron contra la usurpación por lo que, al no poder tomarla por sus inexpugnables murallas, la cercó. Este cerco duró 7 meses hasta que, merced a una argucia de un noble llamado Bellido Dolfos, este consiguió atraer a Sancho hasta quedarse a solas con él y lo mató, levantando el asedio las tropas de Sancho y volviendo Alfonso a tomar posesión del reino de León y cambiando la historia con los posteriores sucesos que acontecieron. De ahí el dicho “ Zamora no se tomó en una hora “.
Ya en tiempos más recientes estuvo ocupada por las tropas francesas durante tres años en la Guerra de la Independencia, pasando por un largo período de decaimiento y pobreza del que no se recuperó hasta el S. XIX. Hoy en día es una urbe de 60.000 habitantes que basa su economía en la agricultura y ganadería, el comercio y el turismo, aunque forma parte de las provincias que componen lo que se denomina la “ España vaciada “.
Después de tomar el alojamiento me di una
vuelta por la calle Santa Clara ( ya la conocía de mi anterior viaje
acompañando el recorrido del Duero, entrada de Julio 2020 Con el Duero por
compañía ). De esta manera revisité
alguna de las iglesias románicas que la jalonan ( creo que es la calle de
Europa que más románico tiene por metro cuadrado ). Por ejemplo la iglesia de Santiago Apóstol, la de S. Juan con la
estatua del
Merlú ( dos congregantes con trompeta y tambor que se encargan de reunir a los
nazarenos para comenzar las procesiones ) o la de Sª Mª Magdalena.
A media tarde comencé a sentirme raro: escalofríos, estornudos y malestar general. No había duda, tanta agua y cambios de temperatura habían hecho su efecto. Se me presentaban dos opciones : A) Continuar con el plan previsto y arriesgarme a empeorar y suspender el viaje ya que de las dos procesiones zamoranas una era muy larga por el gran número de penitentes que procesionan y la otra salía a las 00 h. B) Obviar las procesiones y regresar al hotel. Me decanté por la segunda, entré en una farmacia abierta en la Plaza Mayor y compré algunas cosas que no necesitaban receta, me tomé de camino un vaso de leche calentita y me metí en la cama.
Al día siguiente, habiendo sudado y entrado en calor y, tras una ducha reconfortante, me encontraba en disposición de continuar el viaje.
Preparé el equipaje y me encaminé hacía Benavente, donde me esperaban dos de las construcciones más importantes del románico zamorano.
La mayoría de las construcciones románicas zamoranas son de la segunda mitad del S. XII y principios del XIII, con gran influencia cisterciense en muchas de ellas. Otra de sus características es la influencia árabe en las mismas que dio lugar al llamado románico mudéjar. Por último, una característica singular del románico zamorano es la presencia de elementos bizantinos, que se traduce principalmente en los cimborrios de la catedral de Zamora y la colegiata de Toro.
Benavente ( la antigua Brigeco romana ) se encuentra en el trayecto de la antigua Vía de la Plata que unía Mérida con Astorga. A mediados del S. XII Fernando II cambia su nombre por el de Benavente e inicia una repoblación de la zona. En el S. XIII, en la llamada Concordia de Benavente, Fernando III hace efectiva la unión de los reinos de Castilla y León. A principios del S. XIX las tropas napoleónicas invaden Benavente, donde el mismísimo Napoleón se instaló durante unos días. Alcanza el título de ciudad en 1929 concedido por el rey Alfonso XIII.
Hoy en día, con 17.500 habitantes es una ciudad próspera y un centro logístico de primer orden en el trasporte terrestre.
El primero de mis objetivos era la iglesia de Santa María del Azogue
Este edificio iniciado en estilo románico en el S. XII y con remodelaciones posteriores, sigue conservando de su primitiva estructura la cabecera, los muros perimetrales con sus portadas y parte de las estructuras bajas del interior, siendo construida con sillería en arenisca pizarrosa. Aunque finalizó en estilo gótico ( como se aprecia en las bóvedas de crucería y en la mayoría de los capiteles ).
Posee
tres naves y cabecera con cinco ábsides semicirculares, teniendo la portada
norte decoración vegetal. La portada sur presenta tres arquivoltas con
arquillos de medio punto la exterior, flores de cuatro pétalos la intermedia y
un rico repertorio iconográfico la interior ( Eva, águila con alas desplegadas,
toro alado , Virgen María, etc. ). La norte carece de iconografía con
decoración vegetal y esquemática. En el tímpano de la sur podemos ver el Agnus
Dei con el cordero rodeado de ángeles.
Después de esta visita me dirigí a buscar la iglesia de San Juan del Mercado
Es también del S. XII aunque la cubierta no se realizó con bóvedas. Hoy en día tiene un techo de madera y tejado a dos aguas.
Planta basilical de tres tramos con ábsides semicirculares. Realizada en piedra arenisca tallada a hacha de cantero.
Me llamó
la atención las numerosas marcas de cantero. Se han contabilizado hasta 2830
con 533 tipos diferentes.
Posee
tres portadas siendo la sur la más llamativa por su iconografía de la que se
han apuntado similitudes con el Pórtico de la Gloria de Santiago. En el tímpano
se representa una Epifanía con la Adoración de los Reyes Magos a la izquierda y
San José durmiendo a la derecha ( no sé por qué al pobre San José se le
representaba siempre durmiendo, como si no se enterara de nada ). En el resto de la portada hay escenas del
nacimiento, seis esculturas sobre las columnas que representan a los profetas y
todo ello apoyado en mochetas que representan a Lucas ( el buey ) y Mateo ( el
ángel ).
En la
portada oeste encontramos en la arquivolta inferior un calendario medieval,
representando los meses del año tal y como los entendían los hombres del
medievo en relación con las diferentes actividades que se realizaban en cada
uno.
Tras la visita a los dos edificios románicos más importantes de Benavente y, tras tomar la habitación y comer, volví a la carretera para recorrer 31 kms. y llegar a Granja de Moreruela, un pequeño municipio de tan solo 280 habitantes cuya historia se encuentra estrechamente unida a su Monasterio de Santa María. Al llegar hay que tomar un camino de unos 3 kms. que te deposita en la explanada para aparcar ante la entrada al Monasterio.
Preparando el viaje había leído los elogios que a este edificio han dedicado importantes personalidades y expertos en arte: “ gigante de nuestro arte “, “ la obra más majestuosa de toda la arquitectura medieval “, “ una de las cimas de la arquitectura cisterciense “. Me parecían excesivas para un edificio que se encontraba medio arruinado pero es que este lugar no hay que verlo, hay que imaginarlo.
Al igual que otros monasterios sus orígenes son oscuros y contradictorios. Al parecer a finales del S. X es cuando Alfonso VII concede a los monjes benedictinos Sancho y Pedro un extenso término para que construyeran un monasterio que, muy pronto, se adhirió a la reforma cisterciense e inició su construcción y expansión alcanzando su máximo esplendor a finales del S. XIII.
El edificio, que en su momento, debió ser grandioso ha pasado por muchas vicisitudes ( incluida una desamortización ) y hoy en día se encuentra en estado de semirruina, a pesar de lo cual aún conserva varias estructuras que nos dan una idea de su esplendoroso pasado.
Comencé
la visita por la enorme iglesia de 63 m. de largo por 26 de ancho. Con planta
de cruz latina tiene tres naves de nueve tramos. Presenta un gran transepto y
una cabecera con presbiterio y capilla mayor semicircular que se rodea de una
girola que se abre a 7 capillas radiales de planta ultrasemicircular que dan
origen a los 7 capiteles que veremos posteriormente. Se conservan restos de
policromía con roleos vegetales y motivos heráldicos.
Por una
puerta lateral se accede a lo que fue el primitivo claustro y, desde ahí, a la
sala capitular que se encuentra en fase reconstructiva.
También quedan restos deteriorados de otras dependencias como la hospedería ( no olvidemos que por aquí pasa el camino de Santiago y los monjes acogían a los peregrinos ), la biblioteca o la sala de acogida.
Pero aún
quedaba lo mejor. Saliendo de la iglesia y rodeándola podemos apreciar el
exterior de la cabecera que está compuesta por tres niveles. En el primero hay
7 pequeños ábsides con vanos de iluminación de medio punto sencillos y muy
abocinados. El segundo corresponde a la girola que rodea el ábside central, con
ventanas de arquivoltas baquetonadas y columnas y también canecillos
anacelados. El tercer nivel corresponde a la capilla mayor que presenta
ventanas y frisos de arquillos sobre ménsulas en la cornisa.
Encontré
numerosísimas marcas de cantero, algunas de las cuales eran muy elaboradas,
saliéndose de la simplicidad habitual. Incluso algunas que deduje eran el boceto de planos para su posterior ejecución. También había las típicas inscripciones y dibujitos que visitantes incívicos dejan en estos lugares para pasar a la posterioridad por sus " hazañas ".
Con la
pena de no haber sabido conservar esta obra maravillosa y pensando que los
elogios de los que dudaba eran bien merecidos, regresé a Benavente y me dispuse
a presenciar la procesión de la Santa Vera Cruz y del Entierro. El lugar
elegido para verla era la Plaza de Santa
María donde se encuentra la iglesia de Santa María del Azogue que había
visitado por la mañana la cual, iluminada, presentaba un aspecto imponente. Constaba
con seis pasos ( debido a que en ella desfilan hasta tres cofradías hermanadas, la de la Santa Vera
Cruz, la del Entierro y la de las Damas de la Luz y la Soledad ). A pesar de
ello el sentimiento que inspira es el mismo: recogimiento, silencio y escasa
presencia de música acompañante. Los cofrades visten túnica y caperuz morados
y, como ya le voy tomando el pulso a mi nueva cámara, además de fotos hice un par
de vídeos cortitos que dejo más abajo. Eso sí, el contraste entre la imaginería
de los tronos y la salzillezca que se exhibe en Murcia es apabullante.
Inciso
con desahogo incluido:
Nunca he sido especialmente religioso, es más, no comulgo con los principios, creencias y manifestaciones de las principales religiones. Pero las respeto. Me gusta visitar iglesias por su belleza y arquitectura y me asombra como nuestros antepasados con escasos medios fueron capaces de construir estas bellísimas obras de arte. De igual forma las procesiones me parecen una manifestación cultural que se debe conservar, independientemente de que su contemplación te genere un sentimiento o simplemente admires su liturgia y la belleza de los pasos procesionales. Me gustan las Fallas de Valencia, los Sanfermines o el Entierro de la Sardina de mi tierra sin necesidad de ser un forofo de la pirotecnia, los toros o el desparrame de regalos que se lanzan a la gente.
A la mañana
siguiente proseguí mi ruta que habría de llevarme por pequeños pueblecitos con
encanto y cositas que ver en cada uno. Por el camino me entretuve admirando esa
otra obra de arte que nos dejan en esta época del año las plantaciones de
colza, con enormes manchas amarillas que cubren prácticamente todos los campos
zamoranos.
El primer pueblo era Tábara, pequeño núcleo de 750 habitantes que tuvo gran importancia en los S. IX y X debido a la creación por S. Froilán del Monasterio de San Salvador de Tábara que alcanzó gran renombre por su scriptorium en el que se copiaron gran cantidad de libros por los monjes del mismo.
Tras su
desaparición, sobre sus ruinas se levantó en el S. XII la iglesia de Santa María que había venido a ver.
Edificio del S. XII que conserva de su origen románico los muros laterales, las portadas y la torre. La portada meridional está formada por un arco de medio punto liso y dos arquivoltas sobre moldura ajedrezada e imposta biselada. La torre tiene tres niveles de vanos separados por impostas achaflanadas.
Desde
Tábara me trasladé hasta Santa Marta de Tera,
pequeño municipio que no llega a los 100 habitantes y en el que se halla la iglesia de Santa Marta que era mi objetivo.
Esta iglesia constituye uno de los principales valores históricos y artísticos del patrimonio cultural de Zamora.
Del antiguo monasterio solo se conserva la iglesia románica de planta de cruz latina, con una sola nave de tres tramos. Mientras me encontraba viendo el interior una señora de mi edad se me acercó y se presentó como la " guía " del edificio, comenzando unas torpes explicaciones. A mis preguntas en la mitad de las ocasiones no sabía que responder, de tal manera que, cuando percibió que poco podía explicarme ( y no es petulancia ), argumentó una excusa y se marchó dejando para mi tranquilidad que explorara solo el lugar.
En 1996 se descubrió un fenómeno " magico " ya que en los equinoccios de primavera y otoño penetra por el óculo del hastial de la cabecera la luz solar iluminando la figura de uno de los capiteles que se denomina por ello " del alma salvada ".
Arquitectónicamente, la visión más admirable del edificio
es la de su cabecera, hoy en día algo asfixiada por los abigarrados mausoleos
del cementerio local. Es cuadrangular y cubierta a dos aguas, articulándose
mediante tres registros en altura delimitados por estrechas bandas horizontales
taqueadas que se prolongan incluso hasta abrazar perimetralmente tanto el crucero
como la propia nave.
A 24 Kms.
de Tera se encuentra Mombuey, localidad que
cuenta con unos 400 habitantes y que perteneció en el S. XIII a la Orden del
Temple, misma época en la que se erigió su iglesia
de la Asunción. Varios kms. antes de llegar apareció una fina lluvia que se volvió más intensa al llegar a Mombuey, hasta el punto que, al encontrar la iglesia, me encontré guarecidos bajo su pequeño pórtico a los nazarenos de la procesión junto a la imagen de Jesús Nazareno que debían procesionar. Esperé dentro del coche hasta que, viendo que no amainaba, comenzaron a salir con prisa bajo sus paragüas y quedando un pequeño grupo que se encargó de desmontar el paso.
Cuando aflojó un poco me atreví a salir aún a riesgo de volver a calarme y retroceder en la mejoría del enfriamiento adquirido en Zamora.
Lo más destacable de la construcción es su magnífica torre campanario que corona su hastial occidental y que es una pieza casi única en los contextos románicos peninsulares.
Presenta una planta rectangular de 4 x 2,5 m. y está confeccionada íntegramente por un tipo de piedra feldespática de tonalidades verdosas y grises procedente de una cantera cercana.
Consta de tres cuerpos, presentando los dos primeros ventanales abiertos en arco apuntado sobre columnillas rematadas en sencillos capiteles vegetales. El cuerpo superior, que alberga las campanas, se abre a sus dos lados mayores mediante parejas de troneras doveladas ligeramente apuntadas y en lado menor se habilitó un balcón
Se remata la torre con un chapitel pétreo que acoge una pequeña estancia de probable naturaleza defensiva.
Salí de Mombuey acompañado por la lluvia para encaminarme a mi penúltimo destino. Esperaba que, al encontrarse a 41 kms. de allí, la lluvia cesaría. Pero, si bien es cierto que aflojó bastante, nunca llegó a desaparecer del todo.
El lugar era el pueblo de San Martín de Castañeda, situado justo al lado del Lago de Sanabria y que cuenta con una población de 3.000 habitantes. Viendo la gran cantidad de alojamientos, casas rurales y restaurantes, imagino que en época estival, se debe convertir en un destino turístico de primer orden en la provincia de Zamora.
Allí se encuentra el Monasterio de San Martín de Castañeda, con su iglesia que consta de tres naves con cuatro tramos con un crucero y una cabecera de tres ábsides levantada sobre un prominente basamento.
En el exterior la cabecera triabsidial es la que despierta mayor interés. El ábside central semicircular es mayor que los laterales y se elevan todos ellos sobre un marcado podium del que nacen semicolumnas que recorren el muro hasta la cornisa articulando los hemiciclos en paños: cinco en el central y tres en los laterales.
En el central hay tres vanos con dos arquivoltas de medio punto y abocinadas que descansan sobre soportes de fustes cilíndricos acodillados. En los ábsides laterales hay un solo vano de similares características.
Retorné por el mismo camino parando en alguno de los miradores habilitados para realizar alguna foto del Lago de Sanabria y del idílico paisaje que me rodeaba ( con sus vacas y terneritos incluidos )
Mi destino final era la población de Puebla de Sanabria aunque el alojamiento lo tenía en un pueblecito a 3 kms. de la misma llamado El Puente. Tomé la habitación y, tras comer en el magnífico restaurante que poseía y tras descansar un rato, me dirigí a la ciudad para, si el tiempo lo permitía, ver lo que traía apuntado. Y no lo permitió.
El municipio de Puebla de Sanabria tiene una localización estratégica, ya que está situado a escasos kilómetros de la frontera con Portugal. Por ello se nos presenta con características defensivas muy acusadas como sus murallas y el Castillo de los Condes de Benavente. El propio nombre de Sanabria está formado por dos elementos: “ sena “ que indica monte y “ briga “ que significa fortificación por lo que podemos traducirlo como “ fortificación en el monte “.
En el 1132 la villa ya contaba con un castillo pero fue durante el reinado de Alfonso IX de León cuando se mejoraron y ampliaron sus defensas, con la remodelación del castillo y la creación de las murallas.
Tuvo un papel destacado en la guerra de Restauración portuguesa e incluso fue plaza portuguesa durante cinco años ( 1710 – 1715 ) hasta que fue recuperada por los ejércitos españoles.
Hoy es
una próspera ciudad de 1.400 habitantes que cuenta entre su patrimonio con los
edificios que quería visitar : la iglesia de
Santa María del Azogue y el propio Castillo de Benavente.
El núcleo de la población se encuentra en las faldas de un monte y los edificios citados están en lo más alto del mismo. Entre las calles estrechas y mojadas y la lluvia que no cesaba desistí, tras un primer intento, de llegar hasta ellos. Además que, por la hora, estarían cerrados.
La iglesia de Santa María del Azogue es del S. XII y solo conserva de su pasado románico su portada que presenta unos capiteles de tipo vegetal y con el tema bíblico de Adán y Eva tentados por la serpiente. Los fustes tienen figuras humanas ataviadas con atuendos de la época.
El contiguo Castillo de Benavente es de planta rectangular cuadrada con una gran torre del homenaje en el centro ( conocida como " macho " ). Se construyó en el S. XV como castillo-palacio por el cuarto Conde de Benavente D. Rodrigo Alonso de Pimentel miembro de la poderosa nobleza castellana.
De manera que descendí hasta un puente que salva el rio Tera y, desde allí, realizar una foto de estas dos edificaciones y del propio rio, regresando al alojamiento para cenar y preparar el regreso del día siguiente.
Tocaba
emprender la vuelta pero, para aprovechar al máximo el viaje, había decidido penetrar en territorio portugués y parar en
Braganza para visitar su famoso castillo para luego salir del país vecino y
dirigirme hacia Extremadura.
Aunque el Google Maps me hizo una de sus consabidas jugarretas y me condujo por carreteritas indignas de llamarse así y atravesar pueblos donde se transformaban en suelos adoquinados, conseguí llegar a Braganza y subir hasta su castillo.
Braganza es una ciudad portuguesa capital del distrito del mismo nombre. Fundada en el S. II a.C debe su nombre a los celtas ( Brigantia ) y, debido a su cercanía con España fuente de variados acontecimientos bélicos con el Reino de Castilla, siendo en varias ocasiones conquistada como territorio castellano hasta que en 1640 se produjo la independencia de Portugal pasando definitivamente a manos portuguesas.
Actualmente con unos 36.500 habitantes es una ciudad cuya economía se basa principalmente en el sector servicios, pricipalmente el industrial secundario y terciario como hostelería y turismo.
El Castillo de Braganza es una estructura eminentemente militar, con placas conmemorativas militares, escudos nobiliarios y piezas de artillería, contando en el interior de la Torre del homenaje con el importante Museo Militar de Braganza.
Sin lluvia pero con fuerte viento recorrí sus principales dependencias y haciendo algunas fotos del castillo en sí y de la ciudad a sus pies.
De esta
forma salí del castillo y me dispuse a recorrer los 350 kms. que me separaban
del pueblo extremeño donde pensaba pernoctar.
Paré por el camino para comer y penetrar en Extremadura contemplando sus extensas dehesas con numerosas ganaderías de ovejas, vacas y toros de lidia. Llegando a mi destino paré en el arcén para hacer una foto de la Sierra de Gredos con el sol iluminando sus montañas que todavía presentaban gran cantidad de nieve.
El pueblo
al que me dirigía se llamaba Madrigal de la Vera,
limítrofe con la provincia de Toledo y que, para ser sincero, no recomendaría como destino turístico en ningún caso. No tiene ningún encanto ni lugares interesantes para visitar. Eso sí, gran cantidad de bares y restaurantes.
De manera que tomé el alojamiento, me eché una buena siesta y, ya anocheciendo, salí a estirar las piernas y cenar algo en la variada oferta de sitios de restauración.
Al día siguiente Domingo de Ramos inicié mi regreso a casa por diferentes autovías llegando a la hora de comer.
Ha sido un viaje manifiestamente mejorable si la climatología y mi pequeño contratiempo de salud hubieran sido mejores pero ... es lo que tienen los viajes y hay que afrontarlo. Unos salen muy buenos, otros regulares y otros algo decepcionantes.
Si el tiempo y mi cuerpo lo permiten el próximo será para primeros de Mayo y, este sí, será motero al 100%. Sin nada de románico y con el único objetivo de disfrutar de la moto por carreteras de montaña y bonitos paisajes.
¡¡ Espero que os lo pueda contar !!