domingo, 11 de diciembre de 2016



                                    MONASTERIOS DESCONOCIDOS DE VALENCIA      

            Como en el Puente del Pilar la climatología me había dejado compuesto y sin poder hacer la ruta planeada por los Pueblos Blancos, volví a organizarla para el macropuente de Diciembre pero … otra vez los dioses de los cielos se pusieron en mi contra y tuve que anularla por segunda vez. De manera que la pospuse hasta Semana Santa donde espero que haga mejor tiempo y aprovechar para ver alguna de las bonitas procesiones de los pueblos de Málaga.
            Así pues, me he tenido que conformar con hacer una pequeña ruta, extraida de un reportaje, por monasterios poco conocidos de la provincia de Valencia. La he realizado en la segunda mitad de los días festivos (en la primera cayó agua a manta por la zona) y, aunque como veréis, es corta me ha servido para matar el gusanillo de hacer aventuras con mi moto. Este es el relato.

DÍA 1 (Murcia – Xátiva)

            Para ir a Xátiva desde Murcia se toma la A-7 para, al llegar a Elche, coger la salida (Valencia AP-7, Albacete, Madrid) y luego  la salida que indica Alcoi y desde ahí a Xátiva. En total son 180 kms. que se hacen en poco más de 2 horas y que transcurren plácidamente por una buena autovía sin excesivo tráfico. Plácidamente …. si no llueve porque al llegar a Alcoi un “calabobos” persistente me hizo tomar precauciones, más que por mojarme porque la carretera se cubrió de una fina capa de agua y el “aquaplaning” amenazaba en cada curva. Asi que despacito llegué a Xátiva y busqué el alojamiento. Se llamaba Casa Aldomar y estaba situado en pleno casco histórico, justamente al lado de la plaza Alejandro V! ya que éste papa nació allí en un edificio que aún se conserva. En el alojamiento (una antigua casa rehabilitada como hotel de sólo 4 habitaciones) me esperaba el dueño. Un personaje curioso ya que hablaba en un idioma nuevo mezcla de inglés, valenciano y español pero se le entendía todo. Me dio una hoja con restaurantes del lugar, alguna información sobre los sitios que iba a visitar y me acompañó a mi habitación (2º piso sin ascensor) que era amplia y amueblada de manera básica pero con lo necesario, aunque eché de menos alguna cosa como una TV o un secador de pelo. Dejé las cosas y me dispuse a ver algo de lo más importante de Xátiva.
            Xátiva es una antigua ciudad de unos 30.000 habitantes que es la cuna de los papas Borgia. Está enclavada a los pies de su castillo cuyas laderas llegan a ocupar algunas casas, extendiéndose hasta la parte más llana de la vega. El origen de la misma data del Paleolítico Medio, pasando por la época romana (Saetabis Agusta), la dominación árabe (Medina Xáteba) época en que llegó a pertenecer al Reino de Murcia (jé, jé) y luego pasó a manos cristianas tras la conquista de Jaime I. Fue saqueada por las tropas borbónicas en la Guerra de Sucesión Española y, se cuenta, que estuvo ardiendo durante 8 días (extremo no comprobado) de ahí el apelativo de “socarrats” (chamuscados) con que se conoce a los setabenses.

            El casco histórico está declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1982 y darse un paseo por el mismo representa una experiencia muy agradable. El camino me llevó hasta el convento de S. Francisco en la plaza del mismo nombre y con una fuente del santo, el convento es del S. XIV con una sola nave y que sirve de sala de conciertos. Se acababa de inaugurar un bonito Belén que me paré a contemplar. 

                                                             Convento de S. Francisco
                                                  Fuente de S. Francisco

             Desde allí me dirigí a la cercana Plaza del Mercado, rectangular y porticada en uno de sus lados, con bonitos edificios en uno de los cuales se realizaba la venta de pescado. Allí se halla la iglesia de S. Pedro del S. XIV.




               Continué mi camino pasando por el antiguo convento de la Trinidad del S. XV (hoy Archivo Municipal), el palacio de Alarcón del S. XVIII (actual Palacio de Justicia) y el Almudín (actual Museo de la Ciudad) del S.XVI con una bonita fachada gótica y un patio interior con columnas jónicas.

Palacio de Alarcón

          Me desvié para llegar hasta la Colegiata (S.XVI – XIX) pero que estaba cerrada. En la misma plaza se halla el Hospital Mayor de los Pobres (S. XV – XVI), con una preciosa fachada renacentista y una puerta principal plateresca, sobre ella hay una galería de balconcillos con arco de medio punto bajo el alero. Aún conserva dependencias de uso sanitario pero, en su mayor parte, es la sede de la Mancomunidad de la Costera.

                                                        Hospital Mayor de los Pobres

                                                                      Colegiata

                 
            Fuí descubriendo otros lugares que no vienen en las guías pero que me resultaron encantadores.




            Ya se había hecho bastante tarde, así que me fui hacia el hotelito y en el camino paré a cenar (Il Padrino Due, c/ Montcada), una pizzería que me sorprendió por lo agradable del local, decorado con exquisito gusto para las fiestas navideñas y con excelentes platos con buena materia prima (20 euros precio medio con dos platos y bebida). Con la aldorga llena me retiré a descansar para hacer al día siguiente la ruta prevista y deseando que el tiempo acompañara.


DÍA 2

            Después de un ligero y nutritivo desayuno, preparé la moto y me dirigí al primero de mis 5 destinos. Estaba (según el reportaje) en el pueblo de Carcaixent del que me separaban 19 kms por la CV-41 pero, al llegar al mismo, no me supieron indicar el lugar por más que pregunté hasta que el dueño de una tienda me explicó que el monasterio de Aguas Vivas no estaba en Carcaixent. Había que tomar la CV-50 que iba a Tavernes y, tras recorrer 8 kms, se llegaba a un pueblo llamado La Barraca de Aguas Vivas y saliendo del mismo a la derecha se encontraba el monasterio. Y así fue.
            Los orígenes del monasterio se remontan al S.XIII, aunque el actual edificio es de los S.XVI y XVII y fue construido en los estilos gótico y barroco. Perteneció a la orden de los agustinos y tras la desamortización de Mendizábal pasó a manos de los barones de Casanova. En 1977 fue adquirido por un fotógrafo y empresario de Carcaixent (Antonio Vidal) para dedicarlo a establecimiento hotelero, pero imagino que no tuvo mucho éxito ya que, en la actualidad, está abandonado y pertenece a un empresario hostelero de Gandía. Y es una pena, porque el edificio es muy bonito, rodeado de un precioso parque presidido por una fuente. Aparqué la moto y recorrí el exterior en la medida de lo posible, llamándome la atención que, justo a su espalda, se sitúa un hospital. Disponiendo del dinero suficiente para su recuperación es el sitio ideal para un hotel de lujo por su tranquilidad y el precioso entorno que lo rodea. Dejo aquí la idea para intrépidos empresarios.

                                                        Monasterio de Aguas Vivas



           La siguiente parada se situaba en Alzira, así que volviendo sobre mis pasos, volví a tomar la CV-41 para en tan sólo 4 kms plantarme en ésta ciudad. Al llegar, en lo alto de una loma, vi un edificio que identifiqué como el monasterio de La Murta pero, para cerciorarme, paré en una gasolinera y pregunté al encargado: “aquél es el monasterio de La Murta”, “si señor” fué su respuesta y me indicó como llegar. Recorrí el trayecto señalado y al llegar ¡oh sorpresa! las letras sobre la entrada ponían Real Santuario de Nuestra Señora del Lluch así que, acordándome del gran conocimiento sobre su pueblo que tenía el gasolinero, entré en el bar situado en la parte baja y pregunté al encargado, el cual me indicó como llegar a La Murta. La carreterita era bastante incómoda, estrecha y llena de baches, discurriendo entre casas de campo, chalets y huertos de naranjos. Tras unos 6-7 kms termina en un parking donde había numerosos coches. Aparqué y pregunté a unas chicas con aspecto de monitoras que iban con dos niños y resultaba que para llegar al monasterio había que recorrer una senda de tierra (imposible con la moto) así que me dispuse a darme una caminata deseando que no estuviera demasiado lejos. El demasiado lejos se traduce (a ojo de buen cubero) en unos 3 kms de paseo cuesta arriba, eso sí, admirando el precioso paisaje que me rodeaba y haciendo algunas fotos. Se trata del paraje conocido como La Murta y que es frecuentado por los vecinos de Alzira para hacer excursiones y organizar comidas campestres. Por fin llegué a mi destino y la desilusión me invadió.
            El monasterio se halla en ruinas y apuntalado por varias zonas por el peligro de desprendimiento. Se trataba de un cenobio de la orden de los jerónimos y que, en su tiempo, constituyó un centro cultural y espiritual, siendo objeto de peregrinaje por reyes, nobles y líderes religiosos. En la actualidad se pueden apreciar con cierta dificultad la torre de las palomas de arquitectura militar y un portal renacentista, estando prohibido penetrar en las ruinas por riesgo de caerte encima algún pedrusco. Así que, después de algunas fotos, me dispuse a volver a andar los 3 kms hasta mi moto aunque ésta vez cuesta abajo.

                                                            Paisajes de La Murta

                                                        Monasterio de La Murta



            Retorné a Alzira quedándome con las ganas de visitar a mi amigo el gasolinero y regalarle una guía de la ciudad, más que nada para evitar que desoriente a otros viajeros, pero el caso es que tomé la CV-50 para recorrer los 18 kms que me separaban del tercero de mis objetivos: Simat de la Valldigna. 
            Aunque solo fuera por ver éste monasterio el viaje ya habría merecido la pena. Se encuentra en pleno pueblo (no hay ni que preguntar porque se ve desde la llegada por carretera). Fué fundado por el rey Jaume II “El Justo” en el S.XIII y adjudicado a la orden cisterciense. Posee una arquitectura de varias épocas, predominando el gótico y el barroco. Se accede al recinto por el Portal Nou que presenta en su parte superior tres escudos: el de la Corona de Aragón central flanqueado por las armas del Abad Arnau de Saranyó, una rama de endrino y un báculo. A ambos lados de las torres que flanquean al portal se extienden las murallas que rodeaban al recinto. Si atravesamos el jardín cuajado de naranjos a la derecha queda la almazara, edificio reconstruido que se emplea para exposiciones. Así mismo podemos apreciar la fuente de los Tritones del S. XVIII y construida en mármol rosa y gris. A la izquierda queda la joya de la corona: la iglesia de Santa María de Valldigna, edificio construido sobre otras anteriores y derribadas por sendos terremotos. Su finalización es del S.XVII y consta de una sola nave y cubierta de dos aguas con cúpula en el crucero. Pero lo que impresiona es la profusa decoración pictórica y ornamental de la parte alta del templo. Además (pude comprobarlo porque me hallaba solo) tiene una acústica excelente, lo que hace que pueda ser utilizado como sala de conciertos (desconozco si se le ha dado este uso en algún momento). Otras dependencias que hay que visitar son el claustro del silencio, el refectorio, la Sala Capitular, el locutorio y el Palacio del Abad.
            Este impresionante conjunto artístico empezó su declive con la desamortización de Mendizábal en 1835 (el tal Mendizábal de las narices se cargó gran parte del rico patrimonio cultural que existía en España). El monasterio se vendió a particulares, fué expoliado e incluso se vendieron los sillares de los arcos y las losas del pavimento como material de construcción. Afortunadamente en 1991 la Generalitat Valenciana adquiere el monasterio y comienzan las labores de recuperación y restauración que aún continúan. Desde este modestísimo blog recomiendo encarecidamente su visita (gratuita) porque se trata de una joya de nuestro patrimonio cultural que merece la pena ser conocida.

                                                             Monasterio de La Murta









                  Admirado todavía por lo visto me informé de como llegar al siguiente punto. Se trataba de Alfahuir y el dueño de un bar cercano me informó que tenía que llegar a Gandía, teniendo dos opciones: por la misma carretera que había traido o por otra que, aunque era más corta, atravesaba un puerto de montaña algo complicado. Como habréis adivinado me decidí por la segunda. Se trataba de la CV-675, una carretera de montaña que corona en la cima de Barx y que te deja en Gandía en 21 kms. La carreterita se las trae, aunque con buen asfalto presentaba curvas que se aproximaban a los 360º y que mi moto tenía que tomar casi parada, aunque como le dije (y no estoy loco) “vaquita, en peores plazas hemos toreado tú y yo” me llevó a mi destino sin grandes sobresaltos. Ya en Gandía tuve que preguntar varias veces hasta conseguir entender por dónde se iba a Alfahuir. Al final se trataba de encontrar la CV-60 y seguir 10 kms hasta Alfahuir.

                                                       Edificio en Gandía

              Ya cerca del monasterio (eran las 15´30 h y no había comido) paré en una venta a tomar algo y me encontré con un gracioso loro o cacatúa (no sé bien la diferencia) que al introducir el dedo en la jaula te ponía la cabeza para que se la rascaras (jodío bicho). Dejo testimonio gráfico del suceso.




               Una vez comido me dirigí al Monasterio de San Jerónimo pero, de nuevo, había que dejar la moto y recorrer una distancia de 1 km andando por un camino de tierra y medio encharcado por las lluvias. Al llegar ¡nueva decepción!, sólo era visitable los sábados de 9-11.30 h con visita guiada y a partir de esa hora visita libre. Fotitos de rigor y vuelta al camino con agua para recoger mi montura.

                                                       Monasterio de S. Jerónimo

              El último destino del día se hallaba en el pueblo de Llutxent, al que se llegaba tras recorrer 15 kms primero por la CV-60 y luego desviarse por la CV-610. Se llega sin más contratiempo al pueblo y luego basta con seguir las indicaciones para encontrarnos con el monasterio del Corpus Christi, enclavado en un medio natural de gran belleza. Es una edificio levantado sobre una ermita del S.XIII y renovada en el XVIII. Se trata de un edicio regentado por los dominicos hasta… (lo adivináis?) la desamortización de Mendizábal y construido según la tradición para conmemorar un milagro ocurrido en ese lugar ( el Milagro de los Corporales). El edificio (cerrado y sin posibilidad de visitarlo) consta de un claustro de planta cuadrada, aula, celdas y refectorio. En el lado norte se sitúa la iglesia.

                                                            Monasterio del Corpus Christi



                  A unos 100 m del monasterio se sitúa la Ermita de la Virgen de la Consolación donde, al parecer, ocurrió el milagro. Llamé al timbre aleccionado por el propietario de mi hotel, el cual me había informado que los actuales moradores tienen la obligación de enseñarla a todo el que lo solicite en virtud de no se qué convenio firmado con la Generalitat. Y así fue. Me llamó la atención el suelo, realizado con azulejos de Manises del S. XVIII y el zócalo del perímetro interior, también de azulejos de Manises y con escenas bastante anacrónicas ya que, por ejemplo, en la narración de una batalla entre cristianos y musulmanes los cristianos van vestidos con ropajes del S.XVIII y disparan ¡con fusiles! sobre los pobres moros que solo llevan arcos, espadas y escudos (en fin, la imaginación levantina no tiene límites).
            Completado mi periplo monasterial y con la satisfacción del deber cumplido regresé por la misma CV-610 (19 kms) a Xátiva parándome en el camino para, sin bajar de la moto, hacer una bonita foto de la puesta de sol. Llegué bien entrada la noche, aparqué y, tras comentar de pasada con el dueño el circuito realizado y descansar un rato, me fuí de nuevo a cenar al mismo lugar de la noche anterior y volví a quedar encantado del lugar (la mejor sopa de cebolla que he probado nunca). Luego a dormir y mañana para casa.




DÍA 3

            Después de desayunar y antes de regresar a Murcia, decidí seguir los consejos del propietario y acercarme a ver algunas cosas que me habían quedado en el tintero. De ésta manera pude ver las ermitas de San José (S.XVII) y Sant Feliú (hay que llamar a la puerta de al lado para que te la enseñen) y que contiene una gran colección de frescos y retablos y una bonita pila bautismal. Aunque, como iba apurado de tiempo, no puede visitar la Nevera (utilizada para el almacenaje de nieve, lógicamente) ni la Cova dels Coloms con una reproducción en piedra calcárea del altar donde se venera la Virgen. Tampoco pude ver la Cova de les Gotetes (gotas de agua que caen del techo y llenan un aljibe) ni la Cova dels Lleons (habitada por leones que se comían a los enemigos arrojados en ella). Finalmente llegué al castillo de Xavia de origen ibérico, luego romano, posteriormente árabe y finalmente cristiano. Fue Prisión del estado de la Corona de Aragón (varios personajes y nobles pasaron por allí) y fue una plaza de suma importancia ya que Xátiva era la entrada natural desde el Reino de Castilla. Su importancia decayó con la Guerra de Secesión. Posteriormente pasó a manos particulares y hoy es regentado por el Ayuntamiento de Xátiva. Es una de las 7 maravillas valencianas. Lamentablemente mi cámara se había quedado sin batería y no puede hacer fotos de estos lugares.
            Así pues, retomé mi camino con tiempo despejado pero, al pasar por Alcoi, dos intensos bancos de niebla me hicieron aminorar la velocidad y situarme detrás de un vehículo hasta poder atravesarlos (el microclima de Alcoi es digno de un estudio en profundidad). Superado el escollo y sin más contratiempos regresé a mi querida Murcia donde me recibió un sol espléndido para no variar las costumbres.
             A no ser que el tiempo se vuelva loco estas aventurillas con mi moto creo que van a quedar aparcadas hasta primavera (pero nunca se sabe).



   

                                                                                                                                     







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