jueves, 1 de febrero de 2024

 



                                                    

                                    EN RODAJE

 

            Muchos de los que, de una u otra forma, habéis entrado en este blog y leído alguno de mis viajes pensaréis que estoy loco por lo que os voy a decir y, probablemente, estéis en lo cierto.

                En abril del año pasado os contaba que, por diferentes motivos, iba a continuar viajando pero en coche. Durante ese año hice varios viajes y, reconociendo que es más cómodo y te permite otras prestaciones, el encanto de los viajes en moto es algo que no tiene comparación.

                Así que “ donde dije digo … “. Me he liado la manta a la cabeza y a punto de cumplir 69 primaveras me he comprado otra moto. Es una Voge de mediana cilindrada que lleva un motor BMW y que anda estupendamente. Cómoda, con capacidad de almacenaje suficiente y que cuenta con la última tecnología. Hasta el punto que no tiene llave física, sino una de aproximación que la desbloquea y se arranca con un botón central. Es cierto que no me va a permitir realizar los viajes de tres o cuatro mil kilómetros que hacía con las Burgman, pero sí viajes intermedios de entre mil quinientos y dos mil kilómetros, suficientes para  satisfacer mi pasión por viajar de esta manera y seguir conociendo lugares interesantes. Además, aunque no creo que la utilice mucho, lleva una cámara frontal que te permite ir grabando tu recorrido. Salvo que estés en un paisaje imponente o como prueba en caso de accidente no le veo mucha utilidad.

           Para pasar la primera revisión  tenía que hacerle 1000 kms. Los primeros 500 me los ventilé en viajecitos cortos cerca de mi domicilio y otro algo más largo en el cual me fui a Huércal-Overa donde recogí a mi amigo Jaime y, tras presentarle a mi nueva compañera, nos fuimos a comer a Águilas y regresé a Murcia.

             Me faltaban otros 500 y, para completarlos y después de mucho buscar, se me ocurrió irme a una zona de Granada que no conocía. Se trataba de la comarca de Huéscar, con pueblecitos como el propio Huéscar, Orce y Galera ( con importantes yacimientos arqueológicos de la época argárica en plena Edad del Bronce y que se consideran los vestigios más antiguos de la presencia humana en toda Europa ) y Castril de la Peña con una  pasarela que bordea el rio Castril y que permite bonitas fotos del mismo.

                Así que con el aliciente de hacer los 500 kms. que me faltaban y el añadido de poderme comer un rico cordero segureño me planifiqué un fin de semana por esas tierras y el viernes 26 de Enero me puse en marcha hacia Galera donde tenía reservado el alojamiento.




               El trayecto hasta Galera  es muy cómodo. Son 150 kms. que transcurren por autovía hasta Caravaca y, desde ahí, por una nacional bien asfaltada y con poco tráfico que pasa por la Puebla de Don Fadrique, luego Huéscar y te lleva hasta Galera.

                Dejé las cosas y me fui a pasear por el pueblo. Galera y Orce son dos pequeños pueblos de poco más de 1000 habitantes, con casas encaladas que se desparraman por las faldas de los montes que los cobijan. Su mayor encanto no radica en ellos mismos sino en los parajes que los rodean y que se pueden recorrer bien andando bien en 4x4 siguiendo una vía por imponentes paisajes donde los barrancos y terrenos quebrados, el rio o manantiales de aguas sulfhídricas moldean una geografía plagada de restos fósiles y vestigios del pasado y que se enmarcan dentro del proyecto del Geoparque de Granada.

                En 1982 el paleoantropólogo Josep Gibert descubrió un yacimiento en la pedanía de Venta de Micena, encontrando restos humanos que se denominaron el Hombre de Orce. Según su descubridor se trataba de los restos humanos más antiguos de Europa aunque hoy en día la comunidad científica discute sobre si, en realidad, se trata de restos humanos y su antigüedad.

                Lo que si es cierto es que en esta zona se han hallado restos ( como en el Cerro de la Virgen ) que han sido datados en el neolítico ( 2000 años a.C. ).

                De cualquier forma lo que parece claro es que estos parajes presentan vestigios, unos hallados y otros por descubrir, sobre la presencia de nuestros antepasados en el continente europeo.

                En Galera como tal hay dos lugares de interés: la iglesia de la Anunciación del S. XVI, cerrada cuando llegué y que tampoco me permitió hacer fotos porque ya anochecía y un magnífico puente de hierro de principios del S. XX que salva el rio Galera y conecta las dos partes del municipio, desviando el tráfico rodado por el exterior del mismo.



            Aconsejado por la amabilidad de las gentes de esta tierra, me encaminé a un abrevadero donde cenar bastante bien y me retiré a descansar para realizar al día siguiente el itinerario previsto.

                Y este no era otro que desplazarme hasta la cercana Huéscar ( que visitaría al regreso ) y, desde allí, tomar la carretera para para trasladarme hasta Castril de la Peña. Dicha carretera son 28 kms. de buen asfaltado y poco tráfico que combina largas rectas con tramos de montaña, lo que permitió comprobar el comportamiento de mi nueva montura en tramos virados y no muy anchos. Resultado del examen: 10 con Matrícula de Honor. La moto es ágil y suave, permitiendo tomar curvas cerradas con comodidad y subir las pendientes sin perder potencia. Aunque se trate de una 400 es lo más parecido a mis anteriores Burgman, aunque menos pesada y con mayor tecnología.

                Contento por mi nueva adquisición llegué  a Castril de la Peña, un pueblo construido en las faldas de una escarpada peña y que limita con la vecina Sierra de Cazorla ya en tierras de Jaén. Su población se sitúa en torno a los 2000 habitantes y  tiene sus orígenes en un campamento romano y que pasó a convertirse en una ciudad fortificada durante la dominación árabe y reconquistada por los Reyes Católicos en el S. XV.

            Escenario de importantes enfrentamientos tanto en las guerras contra la invasión francesa como en las  carlistas, tiene como curiosidad que en al año 2000 fue nombrado como hijo adoptivo de la misma el escritor José Saramago  ya que su esposa Pilar del Rio era natural de aquí y la visitó en varias ocasiones.

           Mi objetivo principal era realizar un recorrido por la Cerrada. Se trata de una pasarela construida con vigas de madera del ferrocarril y que transcurre siguiendo al cauce que el rio Castril ha ido excavando en las paredes arcillosas por las que discurre, formando un espectacular desfiladero que se recorre sin ninguna dificultad ( en mi camino me encontré con familias con carritos de bebé, mascotas varias e incluso personas mayores con andador ) y permite admirar preciosas vistas del rio y alguna cascada que forma en los desniveles. La entrada cuesta 2,5 euros ( 2 para jubilatas ) y se adquiere en la entrada. El sencillo trayecto para por una central hidroeléctrica hoy en desuso …





            … y continua atravesando un pequeño puente colgante que, al subir en él, se mueve bastante pero constituye un aliciente más del recorrido.



Pasado el puente se entra en un pequeño túnel ( si no veis mucho encended la linterna del móvil ). A mitad del mismo hay un pequeño desvío a la izquierda que desemboca en una bonita cascada. Mejor que contaros la experiencia os dejo fotos de la misma  y un vídeo grabado sobre ella.





            El camino continúa siguiendo las indicaciones hasta un lugar denominado El Molino donde se encuentra un alojamiento rural del mismo nombre y en el que un enjambre infantil jugueteaba con sus pequeños 4x4 teledirigidos. Desde aquí hay dos opciones: continuar por una vereda que no tiene mucho interés y que desemboca en el pueblo o volver sobre tus pasos al punto de partida. En mi caso, al tener la moto en el inicio, opté por la segunda opción y, tras montar en ella, me dirigí al centro de Castril para dar una vuelta por el pueblo.

                Castril es el típico pueblo andaluz con casitas encaladas, una Plaza Mayor donde se reúnen los habitantes de mayor edad para charlar de sus cosas …


        … y callejuelas estrechas y empinadas adornadas con macetas de geranios.



                                              

        Preguntando fui ascendiendo hasta la peña donde se encuentra un pequeño castillo coronado por una imagen del Sagrado Corazón con unas bonitas vistas.




                Terminada mi visita a Castril volví al lugar donde había aparcado la moto y retorné por el mismo camino hasta volver a Huéscar.

                Huéscar es una antigua villa con pasado que se remonta a la época del Neolítico y que se convirtió en un asentamiento urbano propiamente dicho en el S. XIII constituyendo una frontera entre los reinos de Granada y Murcia. Fue pasando alternativamente por manos árabes y cristianas hasta ser conquistada definitivamente para estas últimas en 1488.

                Fue repoblada masivamente por castellanos, aragoneses y , sobre todo, navarros de ahí que aún perduren entre sus habitantes apellidos como Irigoyen, Aguirre, Yturriaga y otros muchos.

                Como curiosidad Huéscar estuvo en Guerra con Dinamarca durante 172 años por ayudar esta última a los franceses durante la ocupación napoleónica. Aunque no hubo bajas la declaración se mantuvo olvidada hasta que en 1981 se firmó “ el Tratado de Paz “ en la localidad danesa de Kolding.

                Paseando por sus calles se pueden apreciar numerosas casas blasonadas de la época de la repoblación, llegando hasta su imponente colegiata, un magnífico templo con unas dimensiones que nada tienen que envidiar a muchas catedrales menores españolas.

                Pasó por diferentes épocas constructivas, una época gótica que se reconoce en su alta cabecera, ábside, crucero y portada de la sacristía vieja. Después tuvo una época plateresca y, por último, una etapa renacentista con su torre como máximo ejemplo y en la que interviene el célebre arquitecto Diego de Siloé. 




    Al estar cerrada no pude visitar el interior.

Aquí también se encuentra uno de los mayores parques de Andalucía, el Parque de Rodríguez Penalva con una extensión de 33.000 metros cuadrados y que conserva numerosas especies de flora y un bonito palomar aún en uso.

                Terminada la visita a Huéscar me dirigí, pasando sin detenerme por Galera, hasta llegar a Orce donde tenía previsto comer.

                Orce y Galera, muy próximos entre si, conforman el núcleo del Geoparque de Granada. Su estructura es muy similar, con casitas blancas que ascienden por la ladera. Además de una alcazaba árabe en el centro de la población cuenta con el Museo de la Prehistoria de Orce que, a la hora de mi visita, se encontraba cerrado pero que merece una visita para contemplar los restos pleistocénicos de la cuenca de Guadix-Baza.

                Después de trasegarme una “ lata “ de un rico cordero segureño retorné a Galera para descansar un rato y salir, ya anochecida, para un último paseo de despedida por estos lugares y hacer una bonita foto nocturna del pueblo desde su puente.



             A la mañana siguiente salí de Galera para, tras poco más de dos horas de viaje, plantarme en casita con la satisfacción de haber cumplido el propósito principal de realizar el rodaje de mi moto y comprobar con gran satisfacción que sus prestaciones se adaptan sobradamente para empresas mayores. De hecho, en el camino de vuelta, estuve dándole vueltas a la idea de, si el tiempo lo permite, hacer un viaje a primeros de Marzo para conocer el románico de Guadalajara que, aunque os resulte extraño, lo tiene en gran cantidad.

 

                                               Seguimos en contacto. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario