sábado, 11 de enero de 2025

 



                                                        

                                                    ¡¡ FELIZ 2025 !!

 

            La Navidad  es una fecha en la que no suelo viajar. Mucha gente por todos lados, clima desapacible y tarifas hoteleras subidas de tono. Este año 2024 he seguido esta costumbre pero, una vez pasadas las festividades más importantes, he pensado hacer una escapada para inaugurar el nuevo año. Como siempre a estas alturas el problema era dónde.

              Como ya he mencionado en alguna entrada nací en Jaén pero me he criado y vivido siempre en Murcia. A mi tierra de nacimiento he realizado numerosos viajes, sobre todo en moto, pero investigando he descubierto que, entre los lugares más destacados de esta provincia, había uno que me faltaba por conocer. Se trata de Alcalá la Real, lugar de nacimiento del insigne escultor  Juan Martínez Montañés, uno de los más importantes del Renacimiento aunque con reminiscencias barrocas.

            Así que me organicé un viajecito a esta localidad, realizando una extensión a la cercana Priego de Córdoba que, no por conocida, me sigue atrayendo de manera especial y a la que considero uno de los pueblos más bonitos, si no el que más,  de Córdoba.

            A costa de hacerme pesado os recomiendo que pinchéis sobre las fotos para verlas ampliadas. Merece la pena.



                Así pues, salí el 2 del nuevo año y a mediodía estaba en Alcalá. Tomé el alojamiento y me fui a comer y tomarle el pulso al pueblo.

                Alcalá la Real es una populosa población de casi 22.000 habitantes que ha constituido un enclave estratégico debido a sus fronteras con Córdoba y Granada. Poseía una red de atalayas defensivas erigidas para defender el territorio, de las cuales aún se conservan 11 de las 15 primitivas. De ellas la más importante fue la fortaleza de la Mota cuya descripción detallaré más adelante.

                Fue una importante plaza fuerte árabe, en concreto del reino nazarí y después del almohade. Fue conquistada por las tropas cristianas por Alfonso XI de Castilla en 1341, el cual le concedió el título de la Real que ostenta. Tras la conquista del Reino de Granada su valor estratégico decayó, con lo cual sus habitantes se trasladaron desde el Cerro de la Mota hasta las tierras llanas situadas al pie del mismo.

                Durante la Guerra Civil fue, junto a Lopera y Porcuna, la única población tomada por el ejército franquista tras intensos bombardeos.

                Hoy en día es un núcleo poblacional que basa su economía en la industria del aceite, la ganadería, artesanía y productos derivados del plástico.

                Di un largo paseo por su calle principal que desemboca en el Jardín de Los Álamos ( en obras ) admirando sus bonitas casas con miradores que persisten de su época de esplendor. Ya de regreso entré en la Iglesia de la Consolación, la más importante de la villa y que, debido a las fiestas, se encontraba abierta. Es de estilo renacentista y en su interior se encuentra la imagen de la Virgen de las Mercedes que es la patrona de la ciudad.

                Eran ya las 18 h. y, por tanto, casi de noche ( jodido horario de invierno ), así que poco más podía hacer. Regresé a la Plaza del Ayuntamiento donde se encontraba mi alojamiento y en la que, justo debajo de mi habitación, se levanta una estatua dedicada a Juan Martínez Montañés.

                Este personaje es el alcalaíno más famoso ( aunque hay una hipótesis minoritaria que defiende que Juan Ruiz el arcipreste de Hita y autor del Libro del Buen Amor habría nacido aquí y no el Alcalá de Henares ). Lo que sí está documentado es que Juan Martínez Montañés nació aquí el 16 de Marzo de 1568.

                Se trata de uno de los más grandes escultores del Renacimiento español, destacando sobre todo su gran dominio de la madera, por lo que fue apodado “ el Dios de la madera “. Con escasas excepciones su obra fue prácticamente de carácter religioso y su trabajo se desarrolló básicamente en la ciudad de Sevilla convirtiéndose en el máximo exponente de la escuela sevillana de imaginería. Si hubiera nacido dos siglos después hubiera hecho buenas migas y, quién sabe si rivalidad, con mi ilustre paisano Francisco Salzillo.

                Su ingente producción se encuentra dispersa por gran cantidad de iglesias de España y de Latinoamérica, destacando sus tallas del Cristo Crucificado.

                Paseé un rato por los alrededores y busqué un abrevadero decente para degustar la rica gastronomía local. Al día siguiente me esperaba el plato fuerte de mi visita que era recorrer con detenimiento la fortaleza de la Mota.

                Desde la carretera que me condujo a Alcalá, a unos 30 kms. antes de llegar, se divisa la imponente figura de esta construcción.

                Aunque en muchas referencias se denomina Castillo de la Mota, en realidad se trata de una fortaleza. ¿ Que diferencia hay ?. El término castillo alude a un tipo de construcción defensiva habitada básicamente por soldados y, en algunos casos, por los señores del mismo y su familia mientras que el término fortaleza, además de lo anterior, incluye a la población civil que se encuentra en su interior conformando una auténtica ciudad o villa con vida propia y elementos característicos de la misma ( mercados, casas, abastecimientos, etc. ) que se encuentran bajo la protección y defensa de los moradores del castillo propiamente dicho .

                Con este concepto básico ( y no sé si muy acertado ) me dispuse a visitar la Fortaleza de la Mota a la cual se puede llegar andando ( no recomendable por sus empinadas cuestas ) o en coche/moto y aparcar en el lugar reservado para tal fin.

                Esta construcción se remonta a la época nazarí ( S. XIII y XIV ) y constituía un enclave estratégico ya que por su altura ( 1029 ms. ) y situación podía controlar las fronteras con el Califato de Córdoba y el Reino de Granada. En esta época se reforzó su sistema defensivo, rodeándose con una nueva muralla y levantándose una mezquita y un complejo sistema de acceso a su parte más alta con varias puertas guardadas por torres albarranas. De esta manera toda la población quedó englobada dentro del recinto.

                Sufrió varios ataques de los bereberes norteafricanos y, tras la batalla de las Navas de Tolosa ( 1212 ) pasó alternativamente de manos musulmanas a cristianas. En 1340 el Rey Alfonso XI la sitió y conquistó al año siguiente y, después de la toma de Granada, perdió su valor estratégico y la población se desplazó hasta la zona llana de las faldas del cerro constituyendo el núcleo de la actual Alcalá.

        Su deterioro continuó durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil española hasta que, en épocas recientes, se inició su reconstrucción.

           La visita comienza atravesando la Puerta de las Lanzas protegida por una torre albarrana.




        A continuación accedemos a una segunda puerta llamada Puerta de la Imagen con doble arcada mixta, el primero de medio punto y el segundo de herradura. Debe su nombre a una imagen de la Virgen que se sitúa en el segundo arco.




             Continuando al ascenso se pueden ver los restos de las antiguas carnicerías que abastecían a la población.

             Desde allí se puede contemplar en toda su extensión la ciudad de Alcalá.




 


        Finalmente se llega al último elemento defensivo, el alcázar, con una gran explanada que servía como lonja y escenario de representaciones y actos públicos. En él se encuentran las Casas del Cabildo que servían como dependencias del gobierno municipal y eran administradas por el Corregidor.




        Igualmente se encuentra la imponente Iglesia Abacial  y la torre de la cárcel.




        En el subsuelo se pueden apreciar los restos recuperados de diferentes viviendas, algunas con espacios para los caballos, pozos y aljibes así como las antiguas bodegas que son visitables.

       Desde lo alto contemplamos unas espléndidas vistas con los mares de olivares que se pierden en lontananza.




        El interior de la iglesia Abacial solo conserva alguna bonita bóveda en el acceso y los muros laterales con arcos de medio punto sobre los que se abren óculos y un segundo cuerpo de galerías también con arcos de medio punto. El suelo presenta paneles de cristal que dejan ver los cimientos y en el lugar del altar hay un gran panel donde se proyecta un documental sobre el edificio.






        Saliendo de la iglesia y continuando la ascensión encontramos la Torre del Homenaje rodeada por la Plaza de Armas donde aún se pueden ver algunos de los proyectiles empleados en la defensa de la fortaleza mediante los trabuquetes, especie de catapultas capaces de lanzar enormes piedras contra el enemigo. Así mismo, en este espacio se encontraba el Barrio Militar con las casas para la guarnición del recinto.






        El regreso se hace en sentido inverso. La entrada para la visita se puede hacer con reserva on-line o en el lugar habilitado para este fin al inicio del recorrido. El ticket normal cuesta 8 euros y 4 para mayores de 65 ( jé, jé ).

         Os dejo una bonita foto que , aunque no realizada por mi, me impactó por su belleza  y no me he resistido a colgarla.  Se trata de un atardecer de la Fortaleza con el fondo de Sierra Nevada.




        Retorné a Alcalá y aproveché que la entrada a la Fortaleza incluía una visita al Museo Arqueológico para ver una exposición de diferentes objetos y épocas recuperados en excavaciones.

            Comida y siesta. Nuevo paseo ya de noche y ,tras la cena, a la cama.

          Al día siguiente, sin ninguna prisa, hice el chek-out y me encaminé hacia la vecina Priego de Córdoba ( 34 kms. ). Este pueblo lo he visitado en dos ocasiones anteriores, pero es tal su belleza y la cantidad de lugares encantadores que posee que siempre encuentras uno nuevo por descubrir.

     Busqué mi alojamiento ( un antiguo convento franciscano reformado y convertido en hospedería ) y, tras encontrar un sitio para aparcar que me permitía por 1,50 euros dejarlo hasta mi regreso ya que era sábado y la ORA terminaba a las 14 h., me fui a recorrer de nuevo este lugar encantador.

        Priego de Córdoba tiene dos particularidades que la definen. Una que es conocida como la “ ciudad del agua “ por la gran cantidad de manantiales existentes en su entorno y que alimentan obras tan conocidas con la Fuente del Rey y dos por ser llamada “ la joya del barroco cordobés “ por poseer un gran número de construcciones realizadas en este arte.

    Sus primeros orígenes datan del período paleolítico, pasando por manos romanas y musulmanas ( la Medina Bahiga del Califato de Córdoba ) con diferentes ocupaciones árabes: Reino Zirí de Granada, Reino Nazarí, almorávides y almohades, para terminar siendo conquistada por las tropas de manera temporal por el Rey Fernando III en 1225 y de forma definitiva por Alfonso XI en 1341.

         Hoy Priego, con unos 22.000 habitantes, goza de buena salud debido a la industria del aceite ( con denominación de origen ) y la cada vez más importante y desarrollada industria turística.

        Comencé mi recorrido por la Iglesia de la Asunción, obra que data de 1525 con posteriores remodelaciones, que presenta varios espacios de interés: la Capilla de S. Rafael, Capilla Bautismal , el impresionante Retablo Mayor que consta de un banco, tres cuerpos y un ático divididos de arriba abajo por tres calles y cuatro entrecalles cuya autoría se debe a la escuela de Juan Bautista Vázquez El Viejo.

         Pero la verdadera joya del templo es la sacristía, realizada entre 1772 y 1784  por Francisco Javier Pedrazas,  que es una verdadera oda al barroco. Es de planta octogonal, rodeada en la parte superior por una tribuna y rematada por una impresionante bóveda gallonada.  Se concibió como dos espacios distintos, el primero cubierto con bóveda de arista y decorado con yeserías de temas vegetales y figurativos.




        Desde aquí se accede al segundo espacio, mucho más amplio y ya descrito previamente. En sus yeserías se pueden identificar temas vegetales y animales, ángeles y las figuras de los doce Apóstoles ubicadas en las pilastras de los arcos.




        En el centro hay un tabernáculo en mármol y bronce de 1921 que, en mi modesta y profana opinión, desluce bastante del conjunto por los propios materiales de construcción y su lejanía con el barroco imperante en el resto de la obra.




        Salí del templo y me adentré en lo que, en mis anteriores visitas, me pareció lo más auténtico y genuino de esta población. Se trata del Barrio de la Villa. Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1972 forma el núcleo originario del Priego actual. De inspiración claramente medieval y musulmana y hermano de los barrios más típicos y conocidos de Andalucía como el Albaicín de Granada o la Judería de Córdoba. Calles sinuosas, blancas y estrechas en perfecta armonía formadas por casas de no más de tres alturas,  adornadas con flores, que derrochan paz y sosiego por todos sus rincones. En esta época del año se encontraban adornadas con flores de Pascua e incluso en una de sus placitas encontré un árbol de Navidad formado por estas mismas plantas. Os dejo fotos del mismo.












        Desde cualquiera de sus callejuelas se puede acceder al llamado Balcón del Adarve, una calle circular desde la que se puede admirar la belleza del paisaje que rodea al pueblo.






        Terminada la visita busqué un buen abrevadero donde saborear la sabrosa gastronomía local. Menú: unos ricos caracoles en salsa para comenzar, una fritura de pescaíto como plato principal y de postre unas gachas de la abuela que hacía siglos no comía y que me hicieron recordar a las que cocinaba mi madre.

        Después del preceptivo descanso y, siendo ya de noche, me fui a callejear un rato por el centro del pueblo y ver el bonito alumbrado que habían instalado en la plaza que se sitúa delante del Ayuntamiento.







        A la mañana siguiente comencé mi recorrido visitando uno de los pocos lugares que me había dejado en el tintero en mis viajes anteriores. Se trataba del castillo, una fortificación urbana declarada Monumento Nacional.

        El edificio se ha ido configurando desde el S. IX hasta el XV, con algún añadido posterior. En sus orígenes este castillo era la alcazaba de la ciudad islámica de Madinat Baguh ( Priego ), lugar de residencia del gobernador de la misma, aunque de este primitivo castillo andalusí quedan poso restos.

     Tras las conquistas cristianas de Fernando III ( 1225 ) y Alfonso XI ( 1341 ) el castillo fue remodelado casi íntegramente, primero por la Orden de Calatrava y luego por el señorío de los Fernández de Córdoba, de manera que la actual edificación corresponde a estas épocas.




        El recorrido se realiza subiendo a las torres de la fachada principal, desde donde se aprecia el patio de armas y el bonito paisaje que rodea a Priego.








        En las torres se pueden apreciar las cámaras de tiro que conservan las aspilleras originales y las marca de cantero.




        Después se desciende hasta el patio donde se encuentra la espléndida torre del homenaje, construida entre 1245 y 1327, formada por tres plantas siendo utilizada la inferior como aljibe y las restantes para diversas funciones ( almacén, zona residencial, dormitorios, etc. ). Las ventanas de la tercera planta presentan unos bellos arcos de herradura de clara influencia mudéjar.




        En el patio también podemos observar algunos bolaños originales de las catapultas defensivas.




        Terminada la visita curioseé un rato por la plaza del Llano donde estaban instalados numerosos puestos de objetos antiguos.



        A continuación me dirigí a buscar la calle Rio, donde se encuentran varias casas señoriales, algunas iglesias y la Casa Museo de Niceto Alcalá-Zamora, oriundo de aquí y Presidente de la II República Española. No la visité puesto que ya la conocía de viajes anteriores.








        La mencionada calle Rio te lleva directo a otro de los lugares imprescindibles que visitar en Priego. Se trata de una explanada donde se encuentran dos fuentes: la Fuente del Rey y la Fuente de la Salud. La primera se denomina así porque, según la leyenda, aquí fue donde Alfonso XI plantó su campamento.

      La Fuente del Rey se terminó de construir en 1803 y fue diseñada es estilo barroco por Remigio del Mármol. Consta de tres estanques escalonados. En el primero  encontramos la escultura de un león luchando con una serpiente.




        En el segundo hay una escultura de Neptuno y Anfítrite que cabalgan en un carro tirado por caballos que salen del agua




        El agua cae a un tercer estanque y acaba saliendo por el mascarón del Clero.

   El conjunto posee 139 caños, muchos de ellos con mascarones de piedra de rostros fantasmagóricos.




        La Fuente de la Salud, mucho más pequeña y menos vistosa, se realizó por Francisco del Castillo en el S. XVI con el objeto de canalizar el agua del manantial que abastece a toda la población. Está formada por un amplio frontispicio de estilo manierista y a los lados un almohadillado de mármoles policromos. En el centro hay una hornacina con la imagen de la Virgen de la Cabeza.




        Solo me quedaba por revisitar las Carnicerías Reales. Edificio del S. XVI de estilo renacentista y destinado al antiguo matadero y mercado de la carne pero, lamentablemente, se encontraban cerradas. Su mayor mérito artístico reside en su portada con acceso enmarcado por dos poderosas pilastras almohadilladas y fajadas, entablamento roro, inscripción fundacional y frontón triangular incurvado y rematado por pináculos y escudo ilegible aunque se piensa que corresponderia a los marqueses de Priego.




        Como las previsiones meteorológicas presagiaban lluvia, la Cabalgata de Reyes Magos se había adelantado a la mañana, así que me entretuve un rato viéndola y observando con nostalgia a los enanos  que, a lomos de sus padres, abrían los bracitos intentando atrapar algunos de los regalos que volaban desde las carrozas.

       Encontrar un sitio para comer no fue fácil. Todos los restaurantes estaban reservados al completo, así que me contenté con un picoteo en la barra de uno de ellos y me retiré al hotel.

         Por la tarde/noche, efectivamente lloviznaba lo que me supuso dar por finalizado mi viaje, cenando algo en un lugar que encontré abierto.

          El 6 de Enero emprendí la vuelta a casa con lluvia discreta y llegando a Murcia al mediodía.

         Y esta ha sido mi escapada invernal. En principio no tengo nada organizado hasta primeros de Abril ( ya con la hora cambiada ) y luego en Semana Santa. Pero, como sabéis, mi planificación para viajar es absolutamente abierta y modificable por lo que no descarto alguna escapada antes de esas fechas.

     Cuidaros que parece que este año los virus respiratorios vienen con mala leche y nos volveremos a encontrar en este mismo lugar.
















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